El ritmo de vida actual es una verdadera locura. Levantarse por la mañana con una alarma que lleva sonando media hora, arreglarse para llegar corriendo al trabajo sin soportar los soporíferos atascos, aguantar las más de ocho horas del horario laboral estándar y volver a casa para cenar y acostarse es algo que quema. Y quema mucho.

Este ritmo de vida diario no produce los mismos efectos en unas personas que en otras, pero la gran mayoría se aqueja de sentir estrés, ansiedad y agotamiento.

Soluciones para evitar el cansancio y el estrés laboral