Pedro Santisteve se convirtió hace dos años contra todo pronóstico en el nuevo alcalde de Zaragoza encabezando una candidatura ciudadana, Zaragoza en Común (ZeC) y lleva desde entonces en el ojo del huracán. Se muestra muy satisfecho de lo conseguido en este tiempo, a pesar de las duras críticas que ha tenido que soportar. “Es difícil, desde luego, pero hay que asumirlo”, asegura a ELPLURAL.COM.

Su compromiso en defensa de lo público le ha convertido en el primer alcalde que lleva a los tribunales a la Iglesia católica con el fin de impedir que se apropie de bienes que no son suyos por la vía de la inmatriculación. Es el caso de la Catedral de La Seo y la iglesia de la Magdalena, ambas inscritas a nombre del arzobispado a través de un certificado de dominio y que el ayuntamiento considera ilegítimo. Este sábado vence el plazo de 30 años para que el arzobispado de Zaragoza se haga definitivamente con el título de propiedad y, con su procedimiento, esperan paralizarlo hasta que se resuelva quién es el legítimo propietario.

¿Qué es lo que ha planteado el Ayuntamiento para impedir estas inmatriculaciones?

No queremos abrir un debate sobre la libertad de culto, ni mucho menos, como se ha intentado distorsionar. He oído barbaridades como que queríamos expropiar la Basílica del Pilar como se ha dicho. En absoluto. Lo que ha habido son una serie de inmatriculaciones en un proceso poco transparente por parte de la Iglesia y sin saber los títulos de propiedad que ha presentado. Lo que cuestionamos es el proceso y lo hacemos en defensa del interés general, que es nuestra obligación. Que no se haya abierto un debate en los últimos 40 años sobre la constitucionalidad de la ley hipotecaria franquista no quiere decir que ahora lo tengamos que dar por bueno. Estos bienes están construidos sobre el suelo de la nación, como decía la ley hipotecaria de Primo de Rivera o como afirmaba la ley de 1931 de la República, que hablaba  bienes adscritos al tesoro nacional  erigidos en suelo de la nación.

El pueblo tiene derecho a un debate tranquilo y sosegado de por qué de forma subrepticia, aprovechándose de una legislación que amparaba privilegios, se han hecho estas cosas a sus espaldas. Es el pueblo quien ha construido ese edificio y lo ha financiado. El erario público es el que ha sostenido esos edificios y en el caso de la Seo, con más de 30 millones de euros de inversión.

Se les ha acusado de perseguir a los católicos y “generar odio, confrontación y fractura social”

Ha habido un debate basado en emociones, falsedades y difamaciones. Lo que queremos es un debate sosegado, basado en argumentos bien contrastados y poner sobre el tapete toda la información que haya sobre el tema. Y por eso hablé con el arzobispo antes. Consideramos que estamos en nuestro derecho y nuestra obligación de hacerlo. Nosotros respetamos la libertad de creencias, la libertad religiosa y de culto. No tenemos ningún problema en combinar bienes públicos con bienes destinados al culto.

¿Qué le dijo el arzobispo?

Me dio la respuesta que no han dado luego en sus declaraciones oficiales. Él admite que tenemos unas posiciones y ellos tienen otras. A nosotros lo que nos preocupa es interrumpir la inscripción y por ello remitimos al Arzobispado y a los responsables de esas iglesias a que haya un acto de conciliación, entendemos que con ello quedaría interrumpida la inscripción.

Debería ser el Estado Central y las comunidades autónomas las competentes para presentar una demanda en toda regla sobre la titularidad de estos bienes. Probablemente al Ayuntamiento no nos corresponda hacerlo, pero sí llamar la atención sobre bienes que están en suelo municipal. En esta línea me produce enorme satisfacción que el Congreso, a propuesta del partido socialista, haya votado una propuesta para recoger este testigo

La Iglesia cifra en 400 millones de euros los beneficios de la Seo y la basílica del Pilar para el Estado. ¿Le consta que sea así?

¿Y eso cómo lo cuantifica? Que me explique la Conferencia Episcopal de dónde sacan esas cuentas. La Iglesia está exenta de IBI, de IVA y de todo gracias al escabroso tema del concordato, nunca revisado ni aclarado.

Como alcalde de Zaragoza sí ha participado en la tradicional ofrenda de flores con motivo de las fiestas del Pilar, pero no en las ceremonias religiosas. ¿Es complicado defender el laicismo en una ciudad de tradiciones como Zaragoza?

No me resulta complicado, hay una serie de tradiciones que que se asientan en rituales atávicos y paganos que los católicos han adaptado a lo suyo. Nosotros, como gobierno, tenemos la obligación de conciliar esas tradiciones. Lo asumo con normalidad igual que asumo con normalidad la libertad de creencias y la libertad ideológica.

¿Qué balance hace de sus dos años de gestión al frente del Ayuntamiento? Primero las luces

Cuando llegamos lo que nos preocupó fue el sanear las cuentas. Nos encontramos con una situación bastante lamentable con deudas inasumibles. Hemos conseguido sanearlas en 100 millones y estamos a punto de salir del plan de ajuste. Por otro lado hemos invertido más de 100 millones en acción sociales, estamos impulsando vivienda social, trabajado también en la transparencia. Ahora estamos en pleno proceso para aprobar los presupuestos colaborativos. Hemos puesto nuestro modelo de ciudad sobre el tapete: la lucha contra el cambio climático, la importancia de las energías renovables, hemos cambiado la flota de autobuses por híbridos, hay planes de lucha contra la pobreza, hemos invertido en planes de barrios y la dinamización del comercio de proximidad… Somos la ciudad que más invierte en acción social por habitante. Estamos en más 100 euros cuando la media es de 70 euros. En general estamos muy satisfechos.

¿En el capítulo de sombras, qué destacaría?

Nosotros estamos impulsando procesos de participación y transparencia, con fórmulas de democracia directa de la ciudadanía y eso es visto como un ataque a la democracia representativa. Cuando es algo que la complementa. Estamos siendo permanentemente atacados, denostados, con insultos y comportamientos poco ejemplares, en realidad hacia la ciudadanía, en cuanto el respeto a sus representantes como es el alcalde o el gobierno local.

Hay unas formas que no nos convencen en absoluto por parte de gente que no se da cuenta de que el cambio ha llegado y ha llegado para quedarse. Son los representantes de la vieja política, los que llevan toda la vida viviendo de la política y deberían darse cuenta de que hay que reciclarse.

¿Qué relación tiene con los partidos que apoyaron su investidura, la Chunta Aragonesista (CHA) y el PSOE?

Complicada, pero como decimos siempre, no gobernaríamos si no hablásemos todos los días. No somos un partido, somos una plataforma ciudadana que está llegando a acuerdos. Con presupuestos, por ejemplo. O la ley de capitalidad con el Gobierno de Aragón, convenios con la Diputación... Con Íñigo de la Serna, el ministro de Fomento del Partido Popular, con quien hemos hablado de viales que nos afectan. Estamos llegando a acuerdos todos los días. El problema es el de la resistencia a los cambios de aquellos que han convertido la política en una profesión.

¿Y con Podemos?

Somos una plataforma ciudadana que se conforma en función de las personas elegidas en primarias, no en función del partido. A nadie se le preguntó por su adscripción política o su militancia. Soy independiente al igual que la mayoría de las personas que forman mi gobierno.

¿Ha habido tensiones como ha ocurrido por ejemplo en Madrid?

No, aquí no se han producido. Podemos está sosteniendo el Gobierno del PSOE en la comunidad autónoma y tengo una relación estupenda con Pablo Echenique. En nuestro gobierno hay gente de IU con la que nos llevamos estupendamente. De eso se trata, de trabajar juntos en la pluralidad. Nuestro esfuerzo ha sido integrar esa pluralidad y diversidad en una candidatura conjunta. Damos una imagen sólida, con opiniones divergentes en ocasiones, pero como ocurre en cualquier gobierno.

¿Qué le parecen los Presupuestos Generales?

Una bofetada en las clases populares que han soportado la crisis todos estos años, incrementar el sufrimiento de la gente y ampliar la desigualdad. Nos obligan a los ayuntamientos a sacar la cara por el Gobierno central. No puede ser que no haya inversión cuando nosotros hemos aumentado un 65% las inversiones, estamos intentando impulsar políticas de empleo y para generar economía social. Esto solo son más recortes, más incidir en lo mismo y sin poner freno a la corrupción. Es insostenible.

¿Repetiría dentro de dos años?

Es prematuro. No tengo ningún interés en entrar en ese debate.

¿Se arrepiente de haberse presentado ahora con todo lo que sabe? Era una persona anónima y la política le ha colocado en el ojo del huracán.

No puedo arrepentirme de defender las cosas en las que creo. Es en el plano de la lucha política donde hay que luchar por los derechos. Yo di el paso y estoy muy satisfecho del apoyo que sigo recibiendo de la gente que me para en la calle. Es difícil, desde luego, pero hay que asumirlo. La defensa de lo público tiene unas compensaciones tremendas.

¿El espíritu del 15 M sigue vivo?

Lo impregna todo. Está ahí. Hay momentos de movilización en los que se puede ver más pero yo veo a gente trabajando en movimientos sociales como no había visto nunca. Hay un resurgir, probablemente es un trabajo de hormiguita de la gente que empezó en las plazas.