Retumban los rugidos de esos periodistas de la caverna. Esperanza Aguirre continúa odiando a Manuela Carmena, magnífica alcaldesa madrileña y buena persona sin duda alguna, tildada de ser comunista, cada dos por tres, como si haber pertenecido al PCE fuera la puerta que conduce al peor de los demonios.

Incluso Esperanza Aguirre va diciendo por ahí que ella, Manuela, fue quien le robó la poltrona. Y todo así le parece a la señora condesa, la que dice siempre ser liberal. Pero ella no sabe en absoluto lo que es el liberalismo. Con su juego de palabras quiere hacer pasar al liberalismo económico, neo-liberalismo, por liberalismo social, de derechos de las personas, de los que se acuerda de tanto en tanto, cuando le conviene. A Carmena le llaman abuelita lobo y en los medios de la derechona es donde recibe, más o menos cada día, patadas en los tobillos. La atacan porque no la quieren como alcaldesa de la ciudad de Madrid.

Incluso Esperanza Aguirre va diciendo por ahí que ella, Manuela, fue quien le robó la poltrona

Millones de ciudadanos de todo el mundo han dicho, desde que se supo la victoria de Trump, lo mismo que dijo el otro día Carmena. La alcaldesa comparó a Donald Trump con Adolf Hitler por su veto a la entrada de inmigrantes. Lo subrayado por Manuela Carmena no puede convertirse ahora en un disparate montado por ella. Ni mucho menos. Pero no olvidemos que periódicos como ABC y la mayoría de sus firmantes acostumbran a cargar contra la izquierda. Lo curioso es que unos cuantos periodistas de la derecha proceden precisamente del comunismo. Vivir para ver. Y éstos se arriman siempre al sol que más calienta.