Pedro Arriola, el gurú de Rajoy y antes de él también de Aznar, está convencido de que si se repiten las elecciones generales, algo cada día más probable, el Partido Popular volverá a mejorar resultados y recuperará la barrera sicológica de los 8 millones de votos o del 30% de los sufragios. Eso se traduciría en 150 escaños "seguros", según ha manifestado una fuente del PP a ELPLURAL.COM. El escándalo provocado por el intento de colocar al ex ministro José Manuel Soria en el Banco Mundial, que tuvo que dimitir por su implicación en los 'Papeles de Panamá' y por mentir sobre su empresa radicada en una paraíso fiscal, no ha modificado los cálculos que quien lleva ya la friolera de 27 años siendo el "mago" de las encuestas en el PP.

¿Eso explica el aburrido discurso de Rajoy?

Rajoy acudió al Debate de Investidura del pasado 30 de agosto sin los apoyos necesarios, algo que había reprochado a Pedro Sánchez cuando éste hizo lo propio tras las elecciones de diciembre. También fijó el debate a las cuatro de la tarde, después de que el PP (Rafael Hernando criticara hasta el insulto al ex Presidente del Congreso, Patxi López, por lo mismo).

Después de asumir todas esas contradicciones, lo que nadie se esperaba -ni políticos ni periodistas ni mucho menos los diputados de Ciudadanos- fue el discurso soporífero que se permitió Rajoy. Sin alma, sin pasión. Hasta los diputados del PP estaban sorprendidos pero para mal. Es obvio a estas altura que para Rajoy ese discurso fue un trámite, quizá para él un pesado trámite, y solo por las críticas generalizadas al día siguiente, en las réplicas, se permitió frases de soberbia displicente con sus rivales políticos que los pelotas marianistas ensalzaron como si hubieran sido pronunciadas por el mismísimo Ortega y Gasset. La única explicación coherente al discurso y la actitud de Rajoy en su fallida investidura es que se cree a pies juntillas el pronóstico de Arriola.

El gurú incombustible

Pedro Arriola Ríos, a sus 68 años, es el gurú incombustible del PP. El privilegiado que, sea quien sea el que mande en Génova 13 o presida el Gobierno por el PP, tiene relación privilegiada y confidencial con él. Como dice la fuente del PP "hay que ser muy listo para sobrevivir a Aznar, al PP en la oposición, a unas elecciones tras otras, y seguro que cuando se vaya Mariano él seguirá". Hay otra cualidad de Arriola que se destaca en el cuartel general del PP: "más que sociólogo es sicólogo, sabe perfectamente cómo tratar y manejar al jefe"

Arriola es sevillano, sobrino del inconmensurable poeta Juan Ramón Jiménez y marido de Celia Villalobos. Estudió económicas en Málaga y ciencias políticas en Madrid, en 1989 le fichó Aznar como asesor personal y desde entonces nadie ha podido desbancarle, aunque muchos lo han intentado.

Siempre fuera del Gobienro y al lado del Presidente

Cuando Aznar ganó las elecciones en 1996 no se lo llevó al Gobierno ni a su gabinete. Arriola continuó con sus empresas de encuestas y análisis. Se gana mucho más dinero en la empresa privada que en la política (si se es un político honrado), y siguió asesorando al Partido Popular -un excelente cliente que paga muy bien dado que le sobraba dinero como se ha visto- y especialmente al Presidente del Gobienro. Hasta tal punto Aznar confiaba en él que le designó, junto a Francisco Javier Zarzalejos y Ricardo Martí Fluxá, como interlocutor con ETA en las negociaciones que tuvieron lugar en Zurich en 1999.

Cuando Rajoy fue elegido por Aznar como nuevo presidente del PP, Arriola siguió siendo el analista demoscópico de cabecera y principal asesor. En el debate electoral entre Zapatero y Rajoy en 2008 solo se permitió entrar en el plató a un asesor por candidato en la pausa publicitaria. En el caso de Rajoy el elegido fue Pedro Arriola. Y ahí sigue, pronosticando victorias a Rajoy, argumentada en esta ocasión en que el tiempo desgasta a todos los demás menos al candidato del PP y que, campaña tras campaña, se zamparán a Ciudadanos porque Rivera y sus muchachos han perdido toda la credibilidad. ¡Mientras Rivera votaba sí a la investidura de Rajoy éste colocaba a Soria en el Banco Mundial!. No cabe mayor desprecio político y, probablemente también personal.