¿Qué es corrupción?, preguntaba la ahora presentadora del programa Al Rojo Vivo al líder de Ciudadanos en la Comunidad de Madrid, Ignacio Aguado, y estalló el enfrentamiento. O, mejor dicho, el político ha empezado a sentir como el espacio en el que estaba se hacía más pequeño, como las paredes se le echaban encima.

Y todo porque, después de que Ciudadanos se presentase como el partido que presionó al PP para firmar sus seis condiciones, han empezado a recular y a bajar el listón de las exigencias en cuanto a la expulsión de los imputados se refiere.

Hace unos días, eran tajantes. Pedían la “separación inmediata de cualquier cargo público que haya sido imputado formalmente por delitos de corrupción política, hasta la resolución completa del procedimiento judicial".

 

Sin mover ni una coma de lo firmado.

Ahora, C´s ha redefinido el término corrupción. Según ha explicado este miércoles Aguado, la corrupción es “todo lo que supone un enriquecimiento personal o de terceros, todo lo que supone financiación o una supuesta financiación ilegal de un partido político. Habrá que definir lo que es corrupción ¿no?”. Y en eso están PP y C´s, en reescribir el término para amoldarlo a sus necesidades.

“Creo que somos el único partido que estamos intentando poner en marcha mecanismos que activen, de una vez por todas, a los viejos partidos para que tomen medidas en materias anticorrupción”. Estás han sido las palabras que han despertado a la periodista y tras las cuales, no ha dudado en hacerle ver las contradicciones que estaban protagonizando.

Contradicciones y añadidos

Lo de enriquecimiento a terceros lo acaban de añadir. Esto no lo dijo ayer Villegas”, ha puntualizado Pardo para pedir que en Ciudadanos se pongan de acuerdo y nos cuenten la versión definitiva de su definición de corrupción.

“Yo quiero matizar una cosa”, decía el miembro del partido naranja mientras se escuchaba la voz de la periodista con un contundente: “¿Otra vez?” “Si. Otra matización, otra matización. A ver, dele”. “No, no son matizaciones”, se desmentía Aguado, ya que sólo unos segundos antes había pedido la palabra para eso, para aclarar una cuestión.

Fuera de este encontronazo, lo importante es que ahora Ciudadanos denuncia que en los últimos tiempos se están mezclando los casos de corrupción política con las dimisiones de los políticos y, según ha defendido, se puede dejar un puesto por mil causas que nada tengan que ver con corruptelas. Mientras tanto, Cristina Pardo se ha dedicado a morderse el labio y aguantar la sonrisa, una risa de incredulidad.

“Estamos debatiendo esto porque son ustedes los que piden cabezas a cambio de pactos y porque son ustedes los que hace unos días le hicieron firmar al señor Rajoy un papel en el que pone que tienen que echar a todos los imputados por corrupción”, le ha recordado la periodista para dejar claro quiénes son los que han empezado este debate que, por otro lado, es claramente interesado.

Y… ¿Qué pasa con Clavell?

Una vez redefinido el término, casualidades de la vida, el PP ya no estaría obligado a expulsar del partido al diputado por Castellón, Oscar Clavell. Pese a estar siendo investigado por fraude, prevaricación y malversación de caudales públicos por unas adjudicaciones, para Ciudadanos "Clavell no debe dimitir por corrupción porque no ha habido enriquecimiento personal sino mala gestión". ¿A que la respuesta coincide a la perfección con la nueva definición acordada?

Eso sí, si se estudia el caso se puede ver que con la actuación de Clavell hubo enriquecimiento de terceros y, esto, entra en contradicción con lo estipulado.

Pero Ciudadanos, en voz de Aguado, se mantiene en esta nueva creencia: Clavell es un “pésimo gestor” pero no un corrupto. Por lo tanto, “esta persona no tiene por qué dimitir en consecuencia de las seis medidas firmadas”. “Una cosa es meter la pata en la gestión y otra meter la mano y llevarte dinero”.