La desesperación del PP ante su incapacidad política le está llevando a sus raíces: la miserable recuperación de los fantasmas más deleznables para intentar desacreditar cualquier gobierno o coalición que no esté dirigido por ellos. Y en esa estrategia, uno de los personajes más proclives a estos movimientos, el ministro en funciones de Interior, Jorge Fernández Díaz, es quien ha hecho la apuesta del resto sacando el cascajo de ETA para desacreditar cualquier posible gobierno de progreso, que él ha concretado en un acuerdo PSOE y Podemos, con el apoyo del PNV.

Agendas ocultas
“ETA está esperando como agua de mayo un Gobierno de PSOE con Podemos”, descerrajó el ministro, antes de rematar con su “convencimiento”, expresión que repitió varias veces esforzándose en hacerla creíble, de que el apoyo a ese posible gobierno del PNV incuiría “una agenda oculta”. Y es que dijo, “el PNV no da un apoyo gratis a nadie”.


En declaraciones a la COPE, el ultracatólico y hombre de máxima confianza de Rajoy desde hace lustros, mostró su convencimiento de que en este sentido los nacionalistas vascos tienen una “agenda política vasca”, que incluye como pilar “un nuevo estatuto basado en la bilateralidad y la excarcelación y acercamiento de presos”. Un deseo que, ha seguido su línea argumental, “ha asumido Podemos, un partido que ganó el voto (en Euskadi el 20D) con el voto de la izquierda abertzale, no nos engañemos”.

"ETA, absolutamente derrotada"
Lo más sorprendente de estas declaraciones, pronunciadas con tono machacón y amenazantes en los micrófonos de COPE, es que coinciden en día con un acto celebrado en Logroño, para imponer la Cruz de Plata de la Orden del Mérito de la Guardia Civil a la Unidad de Acción Rural de este cuerpo y que presidió el propio Fernández Díaz.


Un acto en el que el ministro en funciones no dudó en decir que ETA “operativamente está absolutamente derrotada”, y que la banda “hoy forma parte de nuestro sangriento pasado”, y su estado es “comatoso y terminal”, además de que, no ha podido evitar sacar su orgullo, ha presumido de que durante su mandato se han “desmantelado todas su organizaciones y estructuras”, lo que ha llevado a que “hoy, ETA, ni tiene estructura ni tiene organización, sólo tiene unos escasos y dispersos miembros que no tienen ni capacidad ni voluntad de volver a cometer atentados”.

Eso sí, ese cascajo, era revitalizado por el mismo Fernández Díaz sólo horas después para ‘asustar’ y desacreditar un gobierno de izquierdas con el apoyo del PNV.