Cospedal y Sáenz de Santamaría en una imagen de hace años, cuando la relación entre ambas era cordial. Foto: Archivo / EFE



Ha sido un duro golpe para la vicepresidenta del Gobierno y aspirante a suceder a Mariano Rajoy: su número tres y hombre de máxima confianza, Federico Ramos, dimitió el viernes de su cargo de subsecretario de Estado de Presidencia al verse salpicado por el nuevo escándalo de supuesta corrupción del PP, en este caso en Acuamed, empresa pública encargada de las obras hídricas de la vertiente mediterránea y que ha llevado a sus principales gestores a la cárcel sin fianza. El caso es que Ramos envió un correo electrónico al director general de Acuamed, Arcadio Mateo (también cocinero electoral de Cospedal, como ya ha informado ELPLURAL.COM), apremiándole para “avanzar” en el pago de 10 millones de euros a Fomento de Construcciones y Contratas (FCC) a quien, asegura en el email, debían “bastante dinero”. El juez Eloy Velasco, al frente de la Operación Frontino, que investiga delitos de cohecho, malversación, prevaricación, fraude y organización criminal por las adjudicaciones de al menos seis proyectos por parte de Acuamed, considera ilegal ese pago, correspondiente a una compensación por desperfectos tras una inundación en una desaladora de Almería. Ramos acordó con la constructora que Acuamed pagaría con dinero público un 40 por ciento (10 millones de euros). El Consejo de Ministros lo aprobó e incluyó partidas en los Presupuestos Generales del Estado de 2015 y 2016 por valor de más de 40 millones de euros a pagar a FCC. Blanco y en botella.

¿Cómo llega el email a las manos del juez?
Hasta aquí, todo meridianamente claro. Sin embargo, el meollo de la cuestión no se encuentra en esta aparente (una más) mordida protagonizada por hombres y mujeres del PP, sino en el personaje anónimo (por ahora) que le hace llegar al juez Velasco el email, dado a conocer por la Cadena Ser el jueves (), que le costó el puesto al “fontanero” de Soraya Sáenz de Santamaría. ¿Cómo llegó ese correo a manos del titular del Juzgado de Instrucción Nº 6 de la Audiencia Nacional? ELPLURAL.COM ha obtenido interesantes revelaciones del entorno próximo a la Operación Frontino, asegurándonos que a “la Guardia Civil no le ha dado tiempo a revisar los ordenadores del director general de Acuamed, ni los que tenía en la oficina de la empresa, ni los de su domicilio particular, ambos registrados por orden de Velasco”, dicen, por lo que queda descartado que el juez tenga el email por este procedimiento, máxime si un correo electrónico conlleva la ineludible contraseña para acceder a la cuenta. Siendo así, sólo cabe la posibilidad de que alguien haya filtrado ese correo a la Ser; “y ese alguien no hay que buscarlo en desiertos remotos y montañas lejas”, añaden en este caso fuentes “populares” consultadas por este periódico, para seguidamente sentenciar: “no, está cerca, muy cerca de Génova (sede del PP); y eso lo saben todos los que lo quieren saber”.

Nueva filtración; nuevo enfrentamiento…
A buen entendedor, pocas palabras bastan, que diría aquél. Los argumentos esgrimidos por nuestras fuentes son consistentes, el email tuvo que salir del entorno de Arcadio Mateo del Puerto, como ya sabemos gurú y cocinero demoscópico de la secretaria general del PP, María Dolores Cospedal, a su servicio electoral antes de que el ahora presidiario Arcadio llegara a la dirección general de Acuamed en época de Miguel Arias Cañete, inseparable amigo de la familia Cospedal. De ahí que nadie descarte que esta filtración sea un “¡zasca!” entre las dos enemigas “íntimas” declaradas del PP, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, lideresa de los “sorayos”, y la todavía número dos del partido, Dolores Cospedal, máxima dirigente de los “marilolis”. ¿Fue el entorno de la “genovesa” el encargado de filtrar el email? ¿Y si fue así, quién o quiénes le proporcionaron el correo electrónico al juez Velasco, si a la cuenta de Mateo sólo tenía acceso él?

“Sorayos” vs “marilolis”
Podemos seguir especulando, pero seguro que no nos confundimos a la hora de enmarcar este tenebroso asunto dentro de la lucha cainita que protagoniza Soraya Sáenz de Santamaría y María Dolores Cospedal, que en los últimos cuatro años se han dedicado a despellejarse al objeto de erigirse en la verdadera “dos” de Mariano Rajoy. En este sentido, la balanza juega a favor de los “sorayos”, ya que, entre otras sonoras victorias, cuentan con el cese del presidente de Enresa, mano derecha de Cospedal, que se ha quedado sin el “negocio” del basurero nuclear de Cuenca; o con la capitulación del marido de la cabecilla de los “marilolis”, Ignacio López del Hierro, que tuvo que dimitir de su nombramiento de consejero de Red Eléctrica por la presión de los “sorayos”, que también se apuntaron la designación de Juan Manuel Moreno como líder del PP andaluz en contra de la apuesta realizada por los “marilolis”, que sufrieron lo suyo cuando el hábitat de los “sorayos” filtraron el famoso video donde Cospedal declaraba: “Hemos trabajado para saquear España”… La lista es interminable y a buen seguro que la relación de las dos mujeres con más poder en España, hoy por hoy, se analizará dentro de unos años en la Facultad de Ciencias Políticas para situar a los estudiantes en la frase mítica pronunciada por uno de los más destacados líderes de la derecha patria, Pío Cabanillas, cuando tras la intervención de un diputado de su grupo dijo: “¡Al suelo, que vienen los nuestros!”.