Es este un país de prejuicios. Los españoles somos capaces de extraer conclusiones de lo que sea, incluso, habiendo solo oír hablar de ello. Nadie puede negar que la constitución de las Cortes de esta semana, se ha parecido en algún momento más una especie de verbena que un acto solemne por su trascendencia. Pero lo de la verbena no puede ser nunca confundido con el prejuzgar a alguien por cómo viste o qué tipo de peinado gasta. En este punto, uno de los nuevos diputados ha sido el gran protagonista ¡por sus rastas! España es así y, a no ser que la nueva composición del Parlamento suponga un primer paso, parece que para el cambio en este sentido aún tiene que pasar tiempo.

Alberto Rodríguez no se ha hecho famoso en unas horas por sus estudios, su profesión, ni siquiera por haber participado en algún reality cutre y 'salchichero'. Alberto Rodríguez es noticia por su peinado. Para ser justos lo es porque un sector determinado de medios de comunicación, el conservador, y un grupo de políticos concretos, algunos del PP, se han dedicado a hablar de sus rastas, de los piojos y de la limpieza, cuando apenas son capaces de limpiar los pasillos de su casa (sin ir más lejos, arriba del todo tenían a un más que sospechoso).

Pero resulta que este diputado canario por Podemos, además de sus otras cosas más allá de su peinado, es también solidario y así lo ha recordado en alguien en Facebook...


Y así es. Tal y como recuerda Ernesto Llebry, el diputado de Podemos, sin chaqueta o corbata aunque sí con sus rastas, fue el único que se digno a ir y ayudar en la recogida de juguetes y alimentos para los más necesitados.

El propio Ernesto pide a la gente que ser "un poco más humildes" porque, al fin y al cabo, "el hábito no hace al monje". Por cierto, para los mal pensados que podrían vincular el gesto de Alberto Rodríguez con las elecciones, cuando acudió a esta asociación "con sus rastas y su chándal de andar por casa", ya había logrado su acta de diputado.

No es preciso añadir más comentarios.