Isidro Cuberos llevaba desaparecido desde el pasado domingo. Foto CAA



La aparición en un barranco este miércoles del cuerpo sin vida de Isidro Cuberos, el exjefe de comunicación (en realidad mucho más que eso) de Javier Arenas y director de Comunicación del PP durante tres años, tras tres días desaparecido, ha puesto sobre la mesa una especie de trágica maldición que afectaría a imputados por la Gürtel. Cuberos, que había sido imputado el pasado mes de abril, era para todos quienes conocían el proceso, pieza clave para entender cómo había operado la trama en Andalucía.

La desaparición de un hombre clave para entender la Gürtel andaluza
De las circunstancias de la muerte de Cuberos les informaba ELPLURAL.COM desde el momento de la aparición de su cuerpo. El domingo había salido en su moto y ya no regresó a su casa. Hasta el momento no se ha informado hacia dónde se dirigía. Lo que se conoce es que la policía, alertada por la familia, inició una operación de búsqueda que concluyó en la tarde del miércoles cuando un helicóptero divisó su moto, y posteriormente encontró su cuerpo en un terraplén, en una zona rural entre Mijas y Benalmádena, conocida como ‘los repetidores’, porque allí se encuentran antenas de televisión.

Cuberos había sido imputado en la pieza separada sobre las operaciones de la Gürtel en Jerez, que abrió en su momento el juez Pablo Ruz, y que han acabado por llevar a la senadora y exalcaldesa de la población gaditana, María José García Pelayo, ante el Supremo por su condición de aforada. La muerte en este accidente de Cuberos, como decimos hombre clave en el ‘arenismo’, dificulta, sin duda, el esclarecimiento del paso de ‘la Gürtel andaluza’.



La “extrañas” caídas del extesorero Lapuerta
Antes de esta muerte, como apuntamos, se habían producido otros ‘accidentes’ en torno a personajes implicados en la Gürtel. Quizás el más conocido sea la caída, o más exactamente las caídas, del extesorero del PP, Álvaro Lapuerta, la segunda de las cuales le provocó un coma, y que le dejaron secuelas que su familia y él arguyeron para retrasar o evitar algunas de sus comparecencias ante los jueces.

En un comunicado que hicieron público los hijos se hablaba de estas dos caídas, una en marzo de 2013, al poco de estallar en toda su plenitud el escándalo Bárcenas, y la segunda y más grave, en abril de ese año, ambas a la entrada de su domicilio, como de “extrañas”. Para añadir más ingredientes al asunto, hay que recordar que apenas medio año antes, Lapuerta había acudido a la policía, para denunciar que había recibido llamadas amenazantes en las que se le decía que él ya era un hombre mayor, pero se le pedía “piensa en tus hijos y en tus nietos, ten cuidado con lo que haces”.

La muerte del amigo de Bárcenas
Otro hombre cercano a las cuentas del PP, amigo personal de Luis Bárcenas y del propio Álvaro Lapuerta, además del anterior tesorero Ángel Sanchís, con los que había trabajado durante años, Francisco Yáñez, también murió pocos días después de ser imputado y cuatro días antes de tener que ir a declarar ante el juez Pablo Ruz. Yáñez, durante años, había trabajado como contable para el PP.

Padre del apoderado de las cuentas en Suiza de Bárcenas, Yáñez estaba acusado por el entonces juez de la Audiencia Nacional de haber colaborado “en la ocultación del patrimonio opaco para la Hacienda Pública y de procedencia indiciariamente ilícita de Luis Bárcenas Gutiérrez y Rosalía Iglesias Villar con la finalidad de desvincularlo tanto de su origen como de sus verdaderos propietarios”.

Suicidio en un hotel
En enero de este mismo año, se produjo otra muerte entre los imputados de la Gürtel. En un hotel de Bilbao apareció el cadáver de María del Mar Rodríguez Alonso. Lo que se dictaminó es que se había suicidado. Esposa del senador del PP Tomás Burgos Beteta, el juez Pablo Ruz la había imputado por la utilización que la trama Gürtel habría hecho de su empresa MR&Asociados como tapadera de Francisco Correa, entre otros casos, en la organización de un Congreso de Parques y Jardines Públicos en la localidad madrileña de Pozuelo de Alarcón.

La investigación concluyó que María del Mar Rodríguez Alonso se había suicidado, deprimida por el rechazo de los juzgados a sus repetidas peticiones de ser desimputada, y por la muerte del familiar de una amiga, a cuyo funeral había acudido a Bilbao.

La muerte de un empresario del ladrillo
Otro imputado por la Gürtel, muerto en el camino de la investigación, ha sido el constructor José Martínez Núñez, dueño de Tecnología de la Construcción (Teconsa), a quien la burbuja y el escándalo de la propia trama, le costaron un imperio que llegó a facturar por encima de 6000 millones de euros y contar con 650 trabajadores.

Un ‘dictador’ para quienes trabajaron con él, por sus métodos y formas, tanto en el trato personal como profesional, Martínez Núñez y su empresa había sido señalado ya como relacionado con Correa por el primer juez que llevó el caso, Baltasar Garzón.