Rajoy ha colocado a España en los peores niveles de representación internacional. Bajo su mandato España perdió el sillón en el consejo del Banco central Europeo y por primera vez desde que entramos en la Unión Europea España no tiene un comisario europeo, algo que le corresponde por tamaño, población y economía. Hubo comisarios europeos con Felipe, Aznar y Zapatero (con este último dos comisarios). Con Rajoy se ha conseguido un subcomisario, Miguel Arias Cañete, que está a las órdenes de la Comisaria de Innovación. El mayor fracaso de Rajoy fue precisamente con Luis de Guindos, impulsó su candidatura a presidir el Eurogrupo, presionó a Alemania pero de Guindos no lo logró. Ahora los gobiernos de Grecia y España se han enzarzado en un enfrentamiento diplomático que Luis de Guindos quiso aplacar y que enredó aún más.

No se han iniciado conversaciones
Después de la arremetida de Rajoy contra el Gobierno griego en el mitin que celebró en Sevilla el pasado domingo, Luis de Guindos quiso dar una imagen conciliadora, pero metió la pata y hasta el fondo. Primero mintió al negar que el Gobierno español hubiera sido de los más duros con Grecia en las negociaciones sobre la prórroga del actual rescate, porque lo fue. Los ministros del Eurogrupo relataron a la prensa que incluso Guindos 'levantó la voz' al ministro de finanzas griego Varoufakis. En Bruselas la mala educación, los gritos y las descalificaciones desagradan, chirrían y a menudo se castigan.
Pero lo peor vino después, Luis de Guindos afirmó que "estamos negociando un tercer rescate" por un importe de entre 30.000 y 50.000 millones de euros y provocó una crisis diplomática. En primer lugar el Gobierno griego reaccionó airado porque no quiere que se hable de más rescates y, en segundo lugar, anuncios de ese tipo tiene consecuencias económicas. Por eso a las pocas horas el Eurogrupo y la Comisión Europea desmintieron, oficialmente y al unísono, que se hayan iniciado las negociaciones sobre un tercer rescate. El error de De Guindos es grave y en cualquier otro país le costaría incluso la dimisión.

La reputación de De Guindos por los suelos
Paradójicamente en la prensa española se ha obviado el desmentido oficial de las instituciones europeas. Solo informa de ello en sus páginas interiores El País, cuyo corresponsal en Bruselas maneja siempre excelente información. Pero paradójicamente ese mismo periódico oculta el desmentido en portada  da por buena la información de De Guindos sobre el nuevo rescate griego. El caso es que mientras en España el Ministerio de Guindos consiguió 'neutralizar' el desmentido, en Bruselas no tiene ni mucho menos la reputación que la mayoría de la prensa le atribuye aquí. Después de la frase más dura pronunciada jamás por el Presidente del BCE, Mario Draghi, sobre un gobierno, concretamente sobre la nacionalización de Bankia de la que dijo que "se ha hecho de la peor forma posible", después de no conseguir presidir el Eurogrupo, la indiscreción y el desmentido oficial de las últimas horas no le convierten en el ministro más popular en el Eurogrupo.

Segundo plante de Europa
Rajoy y su gobierno se emplearon a fondo contra el Gobierno griego en declaraciones públicas. El equipo de comunicación de Moncloa se encargó de poner énfasis en que España no iba a tolerar gracia alguna con los griegos. Luis de Guindos perdió las formas y le levantó la voz a Varoufakis. En definitiva todo un rosario de modos y maneras que ni si estilan ni gustas en las instituciones comunitarias. A todo ello replicó el primer ministro griego, Alexis Tsipras, con otro error al acusar públicamente a los gobiernos de Portugal y España de querer hundir su gobierno. Le replicó con dureza Rajoy  en el mitin de Sevilla y el Gobierno pidió oficialmente amparo a las instituciones comunitarias para que salieran en su defensa y criticaran al Gobierno griego. La paciencia de los socios comunitarios se agotó, si se aborrecen las peleas entre socios se aborrece mucho más que se acabe pidiendo ayuda a las instituciones en bronca entre países. Bruselas se negó a la petición de Rajoy, se negó a reprender a Grecia y las instituciones comunitarias se limitaron a decir que menos ruidos y más sensatez. En privado Bruselas trasladó a ambos Gobierno que cesaran de una vez la pelea infantil. Rajoy quedó desautorizado porque Bruselas no accedió a su petición y al día siguiente Luis de Guindos lo remató. Vaya tropa.