Al consejero valenciano de Gobernación y Justicia, Luis Santamaría, le han preguntado en Xativa esta mañana su opinión sobre el hecho de que hayan pasado seis meses desde que se publicó el nuevo Diccionari de la AVL sin que se haya cambiado la definición que recogía de valenciano. En un corrillo de periodistas, y sin esperar una respuesta excesivamente trascendente por no ser ni el lugar ni el momento, Santamaría ha sorprendido. El consejero considera que la Academia Valenciana de la Llengua nunca debió dejar de serlo, y que no ejerce como tal desde que abandonó su defensa a “ultranza” a la lengua valenciana.

Problema lingüístico aparcado hasta hoy
Santamaría ha añadido que “somos muchos los que confiábamos en que esta institución sirviera para poner fin a un conflicto histórico que con la creación de la AVL queríamos desterrar y no alimentar, pero en estos momentos la institución parece haber abandonado esa posición de superación de un conflicto para cruzar el Rubicón que separa la defensa de la singularidad del valenciano, de un proceso de integración lingüística y cultural que no es compartido ni está amparado por la mayoría de la sociedad valenciana”. Desde hace meses no se habla en esferas oficiales del conflicto catalán-valenciano. De hecho el President Fabra quiere separar muy bien lo que se entiende como un problema filológico puro y que, por tanto, depende de técnicos, y lo que se trata de una imposición política de Cataluña en su afán secesionista.

El dinero tiene la culpa
El fondo de la cuestión es económico. La deficitaria financiación que tiene la Comunidad valenciana frente a otras Comunidades es por falta, según Santamaría, de identidad propia. “Si queremos que desde Madrid se atiendan reivindicaciones históricas como una financiación justa y si queremos ocupar un lugar destacado que, por derecho propio nos corresponde, debemos creer en nuestra identidad”. Además ha añadido que la AVL “debería reflexionar y volver a ser lo que nunca debió dejar de ser, una fuente de consenso sin contribuir a un conflicto que los valencianos no deseamos y que del que el Gobierno de la Generalitat no va a formar parte”.

Guerra de lenguas e instituciones
Para el consejero de Gobernación “no hay nadie menos interesado en abrir viejas batallas que el Consell, pero la Acadèmia Valenciana de la Llengua debe cumplir con el mandato que el Estatut d’Autonomia le encomienda, que es proteger la lengua valenciana y que, además, debería continuar en la senda que justificó su creación y su razón de ser: una academia de la lengua valenciana”. Con estas declaraciones se reabren dos frentes que estaban casi olvidados. Por una parte, la guerra entre Consell y AVL con un evidente fondo político. El segundo, el enfrentamiento entre Cataluña y Valencia por su identidad compartida o independiente.