El secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, hoy en Málaga, durante el acto de imposición a María Santísima del Amor de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús El Rico de la Medalla de Oro al Mérito Policial, máxima distinción de la Policía. EFE



El secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, ha impuesto este miércoles en Málaga la Medalla de Oro al Mérito Policial, máxima distinción de la Policía, a María Santísima del Amor de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús El Rico de la Medalla de Oro al Mérito Policial, máxima distinción de la Policía. Un acontecimiento que vuelve a poner de manifiesto la caída del ministerio del en manos del Opus Dei.

Imposición sin preguntas a los periodistas
Martínez, que no ha hecho declaraciones a los periodistas tras el acto, ha afirmado en su intervención que la Cofradía y la Policía "comparten muchos valores y están unidos en la historia", ya que hace 76 años que este cuerpo fue nombrado hermano mayor honorario de la hermandad.

“Valores excepciones”
El dirigente conservador ha resaltado que la máxima distinción policial del Ministerio del Interior se concede "en reconocimiento al trabajo, las cualidades y los valores excepcionales" de esta Cofradía "que se fundó en 1756, aunque sus raíces datan de 1658".

Privilegios para la cofradía
También ha recordado que la Cofradía "es la única poseedora del privilegio de liberar a un preso en su procesión por una pragmática real de Carlos III gracias a la conducta excepcional de los prisioneros que llevaron el trono, cuando las epidemias arrasaron Málaga y el Cristo quedó sin gente que pudiera sacarlo en procesión".

El secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez (c) y el director general de la Policía, Ignacio Cosidó (i) hoy en Málaga, pasa revista momentos antes del acto de imposición a María Santísima del Amor de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús El Rico de la Medalla de Oro al Mérito Policial, máxima distinción de la Policía. EFE



Reconocimiento y aprecio
Por su parte, el director general de la Policía, Ignacio Cosidó, ha asegurado que este cuerpo "no reniega de lo profundo que hay en nuestras tradiciones, participa en ellas y les presta reconocimiento y aprecio".

Los consejos de Cosidó
"No podemos permanecer indiferentes ante el poso de nuestra historia y de nuestro patrimonio cultural y espiritual", porque "supondría alejarnos de los valores que han cimentado la sociedad a la que servimos", ha añadido Cosidó.

Demanda contra la máxima distinción
La imposición de la Medalla de Oro al Mérito Policial a la Virgen se produce después de que la Audiencia Nacional haya admitido a trámite una demanda interpuesta por las asociaciones Europa Laica y el Movimiento hacia un Estado Laico contra el Ministerio del Interior por conceder la máxima distinción de la Policía a Nuestra Señora María Santísima del Amor.

¿Condecoración a una Virgen?
Las citadas asociaciones confían en que la justicia determine si es procedente o no, según la ley vigente de honores y distinciones, que una Virgen sea meritoria de dicha condecoración al mérito policial.

Fomentar comportamientos beneficiosos
Y es que la demanda menciona la jurisprudencia del Tribunal Supremo, que ya en el año 2000 dejó claro que este tipo de distinciones sirven para fomentar comportamientos beneficiosos para la sociedad, objetivo que sólo se cumple cuando se otorga a personas real que puedan adoptar esos comportamientos.

Desincentivar a los agentes
Según los demandantes, la decisión de Interior ni es objetiva ni eficaz, y además puede desincentivar a los agentes de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, así como a otras personas que se merezcan esta distinción por un comportamiento ejemplar.

Las creencias del ministro
El presidente de Movimiento hacia un Estado Laica, Jorge García, considera que “lo que subyace en este tipo de decisiones es una política muy clara del actual ministro de Interior -conocido por sus creencias católicas- de favorecer cuestiones que a nuestro juicio son inconstitucionales y no tienen nada que ver con una sociedad secularizada como es la española. Opinamos que las creencias religiosas son absolutamente respetables pero deben corresponder al ámbito privado y los poderes públicos no pueden adoptar decisiones de marcado carácter confesional en el ejercicio de sus funciones”.