Las presidentas de las asociaciones de víctimas, Mari Mar Blanco, Pilar Manjón y Ángeles Pedraza, junto a los Reyes, en la misa en la Catedral de la Almudena. EFE



La imagen de unidad que han dado este martes las asociaciones de víctimas del terrorismo, reunidas en la misa en la Catedral de la Almudena, no ha conseguido evitar, al final, la polémica en torno al 11-M,  por unas palabras del cardenal Antonio María Rouco Varela, en las que apuntó a “oscuros objetivos de poder" detrás de la masacre, que podrían ser interpretadas como un guiño a la teoría de la conspiración, a la que, por cierto, la Conferencia Episcopal Española ha dado alas desde la COPE.

Intereses económicos, sociales y políticos
En su homilía, el arzobispo de Madrid ha dicho que los terroristas, “con una premeditación escalofriante estaban dispuestos a matar inocentes, a fin de conseguir oscuros objetivos de poder". A continuación, Rouco afirmó que "hay individuos y grupos, sin escrúpulo alguno, que desprecian el valor de la vida humana y su carácter inviolable, subordinándolo a la obtención de sus intereses económicos, sociales y políticos, siempre tan mezquinos".

Rouco llama a hacer examen de conciencia
"No sabemos exactamente cuáles fueron los propósitos e intenciones últimos de los que pensaron, programaron y ejecutaron los atentados de Atocha. Lo que sí resulta claro es que no podrán neutralizar y menos anular los frutos de nueva y redimida humanidad", añadió el hasta hoy presidente de la Conferencia Episcopal Española, que llamó a hacer examen de conciencia: “¿Cómo nos hemos comportado con ellos [las víctimas] en estos durísimos años?".

Ángeles Pedraza, Pilar Manjón y Mari Mar Blanco, juntas
En la misa se pudo ver una imagen de unidad entre las víctimas a la que no estamos acostumbrados: juntas, las presidentas de la Fundación de Víctimas del Terrorismo (FVT), Mari Mar Blanco, de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), Ángeles Pedraza, y de la Asociación 11-M Afectados por el Terrorismo, Pilar Manjón.

Presencia de la cúpula popular
Al acto en la Catedral de la Almudena han asistido alrededor de 900 personas, entre ellos 350 representantes de las víctimas, 500 ciudadanos y 150 autoridades. Entre estos últimos, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, los ministros de Justicia e Interior, Alberto Ruiz-Gallardón y Jorge Fernández Díaz, los presidentes de Madrid y de Castilla-La Mancha, Ignacio González y María Dolores de Cospedal, y el líder de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba.