El presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Nuñez Feijoo. EFE/Archivo



El presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, ha insistido en desmarcarse de la reforma del aborto, al afirmar que no le gustaría que haya mujeres que tengan que “cruzar la frontera” para hacer “actos” que en su país no se admiten. En diciembre pasado, el presidente gallego ya se subió al tren de los críticos en el PP con el proyecto que impulsa el Gobierno, y pidió más consenso. "Bien vale la pena mejorar ese texto", dijo sobre la propuesta de endurecer el aborto.

Cruzar a Portugal... o a Francia
"Estamos pegados a Portugal, no me gustaría que hubiera personas que cruzasen una frontera para hacer actos que en mi país no se admiten, pero también estamos pegados a Francia, este el contexto que nos toca vivir", ha señalado. La Asamblea Nacional francesa está debatiendo una reforma para liberalizar totalmente el aborto, a partir de un proyecto presentado por los socialistas, que han advertido del “retroceso” en derechos de la mujer en España.

Consenso
Feijóo ha reiterado que es necesario buscar el mayor consenso posible en la tramitación de la ley y ha abogado por "partir sobre una base de consenso sociológico que existió en España durante 25 años", en relación a la ley de 1985.

Critica que se intente penalizar el aborto
En una entrevista en RNE, el presidente gallego ha dicho que la Xunta emitirá su informe sobre el anteproyecto que impulsa Alberto Ruiz-Gallardón cuando el Gobierno se lo solicite.

Un aborto es un "fracaso", pero "una cosa es que sea un fracaso y otra es que se incluya en un Código Penal", ha advertido Alberto Núñez Feijóo.

Monago también se ha desmarcado
Núñez Feijóo está entre los críticos en el PP con la reforma que con tanto entusiasmo impulsa Gallardón. La lista la integran, además, el presidente de Extremadura, José Antonio Monago, que ha criticado que se pretenda “obligar a la mujer a ser madre”. Monago ha apostado por “desideologizar los temas fundamentales”, y por hacer “una reforma de la ley del aborto por consenso”.

Cristina Cifuentes
La delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, también se desmarcó de la reforma, al reiterar su defensa de una ley de plazos en lugar de una de supuestos, como la que impulsa Gallardón, al que, por otra parte, instó Cifuentes a que explicara por qué en sus tiempos de alcalde autorizó que el Ayuntamiento dispensara gratuitamente la píldora del día después a todas las adolescentes, incluidas, las menores de edad.

Celia Villalobos
La vicepresidenta primera del Congreso Celia Villalobos aprovechó la primera reunión del año del Comité Ejecutivo Nacional del PP para pedir ante Mariano Rajoy libertad de voto para los diputados del PP sobre la reforma de la ley del aborto.

La alcaldesa de Zamora
Otros cargos del PP han criticado públicamente la reforma del aborto, entre ellos, la alcaldesa de Zamora, Rosa Valdeón, que ha anunciado que elevará al Ministerio de Justicia su disconformidad. “Es verdad que la ley anterior puede necesitar una actualización, pero lo que no es razonable es que se elimine el aborto cuando haya riesgo de malformación del feto”, señaló a EFE. Para la dirigente popular, es “una incongruencia” que en el sistema sanitario público español, “que es de lo mejor que existe en el mundo”, se hagan pruebas para ver el estado del feto y, en el caso de detectar algo, no se ofrezca la posibilidad de decidir libremente si se quiere interrumpir el embarazo.

Borja Sémper
El presidente del PP de Guipuzkoa, Borja Sémper, por su parte, ha admitido que hay aspectos de la reforma de la ley que “no le gustan” y ha defendido que el proyecto se vote “en conciencia” porque “los partidos políticos no deben ser sectas”. También en declaraciones a EFE, Sémper ha explicado que no cree “en un Estado que se meta en la vida de las personas hasta el punto de imposibilitar tomar decisiones sobre su propia vida”.