Hay dirigentes del PP que cada vez que hablan meten en un lío a su partido y al gobierno. Es el caso de José Ignacio Echániz, consejero de Sanidad en Castilla-La Mancha, responsable del PP a nivel nacional del área de sanidad e ideólogo de privatizaciones y copagos. Echániz afirmó en los desayunos de Televisión Española que el Gobierno había tenido "una idea feliz" al implantar el copago farmacéutico y, en este caso, no metió la pata porque mintiera, sino porque dijo lo que pensaba. Echániz piensa que la Sanidad no es un derecho, sino un servicio por el que hay que pagar y, por supuesto, la sanidad para él es un negocio. Justo al día siguiente de la descarada afirmación de Echániz, los datos oficiales del Ministerio de Sanidad desmienten al ideólogo sanitario del PP y desmienten toda la teoría del PP sobre el copago porque la defendieron como medida de ahorro, y no lo es.

El gasto farmacéutico creció casi un 10% en septiembre
Muchos expertos en gestión sanitaria y muchos economistas ya habían explicado, con datos en la mano, que el copago farmacéutico no es una medida de ahorro eficaz por varias razones, entre ellas porque se ha demostrado que si hay ahorro es muy pequeño y sin embargo causa graves trastornos e inquietud a las capas sociales más desfavorecidas y con menos recursos económicos. En Alemania la poca eficacia del copago ha quedo absolutamente demostrada, hasta el punto que la liberal admirada por toda la derecha europea, Ángela Merkel, prometió su retirada en la reciente campaña electoral y lo quitará.

Los datos oficiales reflejan que el gasto farmacéutico, que es la parte de las recetas que pagan el Ministerio y las Comunidades, subió en septiembre el 9,75% respecto al mismo mes de 2.012. Exactamente, y según la web del propio Ministerio, en septiembre el gasto farmacéutico fue de 744.426.033 euros y un año antes fue de 678.283.493 euros. Es la primera vez en dos años que sube el gasto farmacéutico. En estos datos no se incluyen los medicamentos que compran los hospitales.

Manipulación de la nota de prensa
Pero la realidad no puede estropear los argumentarios del PP, y como el partido que gobierna esgrimió que no le gustaba el copago pero que no le quedaba más remedio que hacerlo porque había que reducir el gasto público, es decir, para el PP la única manera de reducir el gasto público sanitario es imponiendo copagos. Es falso, pero como al Ministerio que dirige Ana Mato no le gustan los número reales y oficiales han optado por manipular la nota de prensa y, por primera vez en diez años, no se dan los datos del mismo mes del año anterior para que no se puedan comparar. El Ministerio solo ofrece los datos de 2.011 porque esta comparativa si les interesa, dado que en dos años el descenso ha sido del 18,25%. El gasto farmacéutico se cifra y se da a conocer mes a mes, por lo que sin duda es el gasto sanitario más controlado, al menos hasta ahora.

¿Por qué el PP descartó otras medidas?
Nadie discute que es necesario controlar el gasto público, ser rigurosos y evitar el despilfarro, pero en el caso de la Sanidad conviene recordar varias cosas:

1.- El modelo de Sanidad pública y universal puesto en marcha por el Gobierno de Felipe González ha situado a España entre los cinco primeros países del mundo en tener una buena Sanidad.

2.-Es falso el binomio sanidad pública igual a gasto disparado: en Estados Unidos, con la sanidad en manos de aseguradoras privadas, millones de ciudadanos no tienen cobertura sanitaria y sin embargo la Administración Federal se gasta mucho más que si tuviera un sistema público. Está sobradamente demostrado que las aseguradoras inflan las facturas. Otro ejemplo es el de Reino Unido, se privatizó la sanidad y el estado de los hospitales cayó en picado, el coste por paciente se duplicó y la atención empeoró hasta tal punto que el primer ministro británico, David Cameron, reconoció públicamente que al menos se habían producido un centenar de muertes por "dejadez".

3.- Hay otras medidas de ahorra mucho más eficaces que el copago, como por ejemplo la compra centralizada de medicamentos, el uso de genéricos y la implantación de mono dosis para que los médicos receten al paciente la cantidad exacta que necesita (y no cajas enteras, por ejemplo). El PP ha descartado todas ellas, a pesar de que asociaciones de médicos y profesionales de la sanidad, así como economistas han puesto encima de la mesa los datos.

La razón por la que el PP apostó por el copago no es otra que ideológica, acostumbrar a los ciudadanos a ir pagando -parcialmente y poco a poco- por su atención sanitaria, es preparar el camino para la privatización. Y eso quiere decir el negocio para unos pocos.