Álvaro Pérez, a la salida de la Audiencia Nacional, citado para prestar declaración como imputado en relación con la adjudicación de contratos de RTVV durante la visita del papa a Valencia. EFE/Archivo



Inmerso en solucionar los graves problemas de liquidez que desde hace meses ponen en peligro la continuidad de Intereconomía, Julio Ariza ha optado por estrechar lazos con dos personajes muy denostados por la opinión pública pero que estarían sirviendo al exdiputado del Partido Popular para poner de relieve su cada vez más cuestionada influencia política: Álvaro Pérez (alias El Bigotes) y Rafael Vera.

Álvaro Perez, el Bigotes
El primero de ellos, pese a ser uno de los principales imputados del caso Gürtel, habría entrado a formar parte de la plantilla de Intereconomía, según mantienen diversos medios de comunicación que lo sitúan en la dirección del nuevo programa matutino que presenta Agustín Bravo en el canal ultraconservador. Un hecho que sin embargo desmienten desde el Gabinete de comunicación de Intereconomía.

“Colabora con nosotros”
“Álvaro Pérez no está en la plantilla de Intereconomía, ni tampoco en la dirección de ningún programa”, aseguran de forma tajante desde la empresa de Julio Ariza. Pese a ello, desde el gabinete de comunicación reconocen que el exgerente de Orange Market “lleva muchos años colaborando con nosotros en temas de asesoría y estamos hablando con él sobre diferentes proyectos televisivos y de la estrategia del canal”.

“Advertencia a Rajoy”
Estrategias y proyectos sobre los que Intereconomía prefiere no desvelar ningún detalle públicamente. Algo que en privado diversas fuentes de la empresa sí que atribuyen a la intención de Julio Ariza de “poner nervioso” al PP y lanzar “una dura advertencia” a Mariano Rajoy. “El mensaje de Ariza es claro: si dejas morir a Intereconomía el Partido Popular no saldrá indemne”, sostienen las mismas fuentes.

Conociendo de primera mano la Gürtel
A este respecto cabe recordar que tras haber despedido a más de la mitad de sus trabajadores, con la audiencia de Intereconomía Televisión desplomada y habiendo fracasado de forma estrepitosa el proyecto de La Gaceta, Ariza llegó a publicar artículo exigiendo a Mariano Rajoy que asumiese las deudas que en su día contrajo con su grupo de comunicación. Ahora, el exdiputado del PP iría un paso más allá al demostrar que conoce de primera mano informaciones sobre el caso Gürtel que pondrían en aprietos al presidente del Gobierno y que estaría obteniendo de manos del Bigotes y otros de los cabecillas de la red corrupta con los que supuestamente se reune con frecuencia en la sede central de su empresa.

También con Rafael Vera
A parte de El Bigotes, Julio Ariza también ha intensificado su relación con Rafael Vera, exsecretario de Estado de Seguridad y subsecretario de Interior con Felipe González. Aunque en un principio la relación entre Ariza y el que fuera número dos de José Barrionuevo en la etapa más sangruienta de ETA se limitaba a mantener reuniones periódicas en la cafetería El Plató -ubicada junto a los estudios de El Gato al Agua y Punto Pelota-, en las últimas semanas Rafael Vera ha aceptado ser entrevistado en varios espacios de Intereconomía con el fin de sumarse a la campaña de la TDT Party contra el juez Baltasar Garzón.

Vera ataca a Garzón
De este modo, el exdirigente socialista no ha tenido reparos a la hora de acusar a Garzón de haber exigido al Partido Socialista una compensación económica a raíz de su salto a la política nacional. Una exigencia que según Vera se vio materializada a través de “fondos reservados del Ministerio de Defensa” y que se sumarían al “alquiler de un pequeño local que le habilitaron para realizar un seguimiento de la campaña electoral”.

¿Futuro contertulio?
Este tipo de acusaciones que tanto gustan entre los principales implicados del caso Gürtel estarían llevando a la dirección de Intereconomía a plantearse la posibilidad de incorporar al exdirigente socialista como contertulio en algunos de sus programas. Una incorporación que de momento no confirman desde la cadena ubicada en el Paseo de la Castellana pero que algunos de sus principales comunicadores ya dan por hecha.