El consejero madrileño de Sanidad, Javier Fernández-Lasquetty, durante una rueda de prensa. EFE/Archivo El consejero madrileño de Sanidad, Javier Fernández-Lasquetty, durante una rueda de prensa. EFE/Archivo



Los médicos vienen advirtiendo desde hace tiempo de que la gestión privada de la sanidad pone en peligro vidas humanas. Es un razonamiento crudo, pero de toda lógica: cuando median intereses económicos privados, se escatima en los recursos. El Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) acaba de condenar a la Comunidad de Madrid a pagar una indemnización a la familia de un niño que fue víctima de una negligencia, en 2008, en el Hospital Infanta Elena de Valdemoro, gestionado totalmente por la empresa Capio. Desde la Consejería de Sanidad asegura que la indemnización no saldrá de las arcas públicas, sino que se hará cargo de ella el seguro que tiene contratado Capio.

Las razones económicas
La sentencia del TSJM, de marzo pasado, a la que ha tenido acceso Público, deja claro que los intereses económicos están detrás de la negligencia: "Hemos de tener en cuenta, para determinar el importe de la indemnización, -afirma el texto judicial- la gravedad de la negligencia en la prestación sanitaria, muy económica para el Hospital Infanta Elena de Valdemoro". Y aclara que no se utilizaron “los medios diagnósticos necesarios", "se desatendió" al niño y hubo, además, "demora en la corrección quirúrgica".

Varios errores de diagnóstico
El informe de un experto en Medicina Legal y Forense que presentaron los padres en su denuncia refleja que se cometieron varios errores de diagnóstico. A pesar de que el menor presentaba síntomas que tenían que haber hecho sospechar la existencia de una patología no se detectó la enfermedad ni en las consultas de cardiología pediátrica, donde se diagnosticó un “corazón normal”, ni al ser hospitalizado más de una vez con dificultad respiratoria, cuando se concluyó que sólo se trataba de “bronquitis aguda e intolerancia oral”. Según la denuncia, no se hizo entonces una “prueba de imagen diagnóstica para descartar patología cardiaca alguna".

Falta de medios
Ese informe concluyó que “ha existido un error diagnóstico continuado por falta de medios; que la asistencia del Hospital de Valdemoro no es acorde a la lex artis ad hoc y por esta causa se produjo una demora importante en la necesaria corrección quirúrgica de la malformación congénita".

La Inspección Sanitaria también habla de razones económicas
El informe de la Inspección Sanitaria coincide con el anterior en que el niño "había sido atendido en varias ocasiones en el Hospital de Valdemoro sin detectar la malformación congénita, que, como tal, está presente desde el nacimiento". "Hay que destacar que, a pesar de la progresiva evolución desfavorable, con dos visitas a urgencias y un ingreso hospitalario, con casi cuatro meses de edad, no se realizó ninguna prueba de imagen”. En su opinión, "La actuación del Servicio de Pediatría del Hospital Infanta Elena de Valdemoro se puede decir que ha sido muy económica por no utilizar los medios diagnósticos necesarios”.

La idemnización se pagará con dinero público, no de Capio
El niño, que sufrirá toda su vida las secuelas de una enfermedad vascular no detectada a tiempo por el Hospital de Valdemoro, fue atendido posteriormente en el Hospital de la Paz, de gestión pública, donde se le hizo el diagnóstico correcto y fue intervenido. Aunque en un principio se publicó que la Comunidad de Madrid será quien tenga que hacer frente a la indemnización de 125.057,47 euros al menor, así como de otros 10.000 euros para sus padres, la Consejería de Sanidad ha afirmado a este periódico que ni un euro saldrá de las arcas públicas. Por el contrario, será el seguro contratado por la empresa privada Capio el que afrontará el pago en concepto de daños morales.