José Ignacio Munilla, obispo de Guipuzkoa, se encuentra con un complejo y delicado problema plasmado en las personas de 19 monjas que han dejado de serlo fulminantemente por orden del Vaticano hace un mes. Munilla las instaló en noviembre en un convento de Bergara. Previamente habían sido ordenadas en junio por su colega y sin duda amigo Demetrio Fernández, obispo de Córdoba. Ambos prelados conocidos por su conservadurismo acogieron con entusiasmo a las hermanas de San Juan y Santo Domingo que venían de una escisión en su también conservador convento francés.

El rescripto de Audiencia de Benedicto XVI es rotundo. Fechado el 10 de enero, dice así: “La Asociación Pública de Fieles “Hermanas de San Juan y Santo Domingo”, erigida en la Diócesis de Córdoba (España) el 29 de junio de 2012, “ha sido suprimida con efecto inmediato y sin posibilidad de que sea reconstituida bajo ninguna otra forma, tanto en la Diócesis de Córdoba, como en ninguna otra diócesis, debido a que ha cometido una grave lesión de la disciplina eclesiástica”. .

Compuesto y sin monjas
El obispo Munilla se quedaba así compuesto y sin monjas y con las 19 jóvenes que había acogido en el antiguo convento de Bergara a la espera. Previamente, las cinco anteriores ocupantes del monasterio, monjas clarisas octogenarias, abandonaban el recinto el 21 de octubre de 2012 dejando paso a las nuevas postulantes.

 ¡Vaya lío!
El conflicto data del año 2009 cuando en Francia se produjo una escisión en la orden de las Hermanas Contemplativas de San Juan. Es una comunidad fundada en 1975 por Marie Dominique Philippe en la localidad gala de Lérins y está incluida en la orden de los Hermanos de San Juan. Presentes en todos los continentes, estas religiosas que se dedican a la contemplación, hasta ahora no se habían instalado en España. Se trata de una congregación femenina creada en 1982, en el seno de los Hermanos de San Juan que fundó en 1975 el filósofo dominico Marie-Dominique Philippe.

Elogios de los obispos del sur
ODISUR, la Oficina para la Información y los Medios de Comunicación Social de los Obispos del Sur de España las define así: “Las Hermanas Apostólicas de San Juan, asociadas a la vida apostólica de sus Hermanos o con actividades propias al servicio de la Iglesia: Consagrarse a Dios, al servicio de la Iglesia, llevar una vida común para ejercer plenamente la caridad fraterna, enrrovigarse más y más en el misterio de la Eucaristía, e del misterio de María y el de Pedro en la persona del Santo Padre y de los obispos".

Dos bandos y un delegado del Papa
Los problemas que acabaron en escisión comenzaron en 2009 en el seno de esta congregación en la que se produjeron fuertes disensiones que produjeron la división en dos bandos de las hermanas. La situación se fue enconando hasta el punto de que el 24 de febrero de 2012 el Santo Padre nombró a Henri Brincard delegado pontificio para las religiosas contemplativas de San Juan con el encargo de gobernar dicho instituto religioso en su nombre. El secretario de Estado, cardenal Tarsicio Bertone firmó las disposiciones específicas necesarias para que Brincard pudiera acometer su misión. Así de complicado debía estar el tema.

Queja al Vaticano y salida de Francia
Esta decisión papal no fue bien recogida por algunas religiosas que ante la actuación del delegado pontificio enviaron una queja al Vaticano mostrando su desacuerdo con sus métodos. Unas 150 monjas decidieran salir del convento francés. En su mayoría aún no habían realizado votos perpetuos. Un grupo de ellas, 19 jóvenes de unos 25 años de promedio de edad y originarias de diversos países como Inglaterra, Austria, Francia, Rumania, Croacia o Finlandia pensaron trasladar la comunidad a México, según fuentes eclesiásticas han comentado a ELPLURAL.COM, pero finalmente recalaron en Córdoba.


El entusiasmo del obispo Demetrio
Allí fueron acogidas con entusiasmo por el obispo Demetrio Fernández quien el 29 de junio de 2012 concedió la aprobación jurídica canónica para crear una Asociación Pública de Fieles, como primer paso antes de erigirse en orden religiosa. El propio obispo protagonizó la ceremonia en que las jóvenes emitieron sus votos. Así lo relató el 12 de septiembre pasado el órgano de comunicación de los obispos del sur: “En la fiesta de la Natividad de María y en el centenario del nacimiento del P. Marie Dominique Philippe (+ 2006), a quien las Hermanas consideran su Fundador, emitieron sus votos 15 Hermanas de la Comunidad de San Juan y Santo Domingo, en el templo parroquial de La Rambla (Córdoba), donde esta Comunidad comenzó su andadura el pasado 29 de junio”.


Votos ante el prelado de Córdoba
“Estaban acompañadas por sus respectivas familias, procedentes de Inglaterra, Austria, Francia y España. La celebración fue presidida por Don Demetrio Fernández, obispo de Córdoba, y concelebrada por Francisco Orozco, vicario general, y Antonio Prieto, rector del Seminario Mayor. El Sr. Obispo alentó en su homilía a las Hermanas a vivir fielmente su consagración al Señor, como esposas de Cristo llenas de fecundidad espiritual para la Iglesia y para el mundo. La Comunidad de La Rambla consta de 25 Hermanas y el total de la Comunidad por todo el mundo cuenta a día de hoy con 150 Hermanas, que viven en régimen de vida contemplativa, no de clausura”, concluye el artículo de ODISUR.

Munilla se las llevó
Por esas fechas, el obispo de Guizpúzkoa, José Ignacio Munilla, visitó Córdoba. Lo relató así al Diario Vasco: “Me invitaron a ofrecer unas conferencias en Córdoba el pasado verano y allí conocí a esta congregación interesadas en fundar casas. Vista la situación de las clarisas en Bergara, les ofrecí esa posibilidad”. El propio Munilla ofició en la primera semana de diciembre la misa de bienvenida oficial para la nueva comunidad religiosa. Las monjas leyeron una carta traducida del francés. Desde ese día, paseaban por Bergara alegres y joviales con sus trajes grises y sus tocas blancas. Su trabajo consiste en realizar trajes y objetos religiosos, principalmente. Sin conocer una palabra de euskera ni de español, las monjas iniciaban su nueva vida abriendo a horas fijas las puertas del convento para que la población las conociera.

Menudo papelón el de los dos obispos…
Entonces cayó la bomba: en un rescripto firmado el 10 de enero, el Vaticano suprimía la orden sin posibilidad alguna de que fuera reconstituida en diócesis alguna. Las jóvenes ya no eran monjas. Se quitaron los hábitos y decidieron mantener una etapa de reflexión hasta ver una salida. Mientras, les han permitido continuar temporalmente en el convento.

Difícil situación para el obispo Munilla quien al parecer ha dejado en manos del vicario general de la diócesis la gestión del asunto. “En Bergara, una población de 12.000 habitantes, la situación tampoco es fácil, no hay trabajo, estas jóvenes no hablan una palabra de español ni de euskera, incluso están pidiendo ayudas para alimentación”, comentaron a EL PLURAL.COM fuentes de la localidad. “Lo normal sería que se les pagara el viaje a sus casas y una vez allí que decidieran qué hacer con su vocación”, comentan algunos curas que se hacen cruces de que una orden de carácter tan ultraconservador haya acabado con un mandamiento tan tajante del Vaticano. “Y menudo papelón el de los dos obispos…”