Carlos Fabra, presidente de la sociedad pública promotora del aeropuerto de Castellón (Aerocas) / EFE-Archivo



A punto de cumplir dos años desde su inauguración electoralista y diez desde que el cacique Carlos Fabra emulara a Martin Luther King con un sueño aéreo, el aeropuerto de Castelló sigue sin ver el aterrizaje de un avión en sus pistas. Mientras, el presidente de la Generalitat responde con evasivas sobre la apertura o la venta de unas instalaciones, en las que se han invertido ya más de 150 millones de euros, que el Consell está dispuesto a traspasar aunque sea por un simbólico euro con tal de deshacerse de ellas.

El pasado día 1 debería haber aterrizado el primer avión en el aeropuerto de Castelló. Esas eran al menos las previsiones del cacique del PP castellonense, Carlos Fabra, al frente aún de Aerocas, la empresa pública que gestiona el aeródromo, a pesar de sus imputaciones por corrupción. Pero no solo no ha llegado ningún aeroplano sino que se desconoce cuándo lo hará. Por ahora, el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, se limita a afirmar que el aeropuerto “es una infraestructura básica y fundamental para el desarrollo del turismo en Castelló", a la que “hay que buscarle una salida cuanto antes”.

La Generalitat no descarta la venta
Esa salida pasaría, según fuentes próximas al jefe del gobierno valenciano, por la venta de la base aérea “por un euro”. Así, y al ser preguntado estos días por una posible transacción, Alberto Fabra no la descartó al señalar que su ejecutivo está trabajando “en todos los sentidos”. Pero mientras no quede claro quién gestionará el aeropuerto no se podrán conceder los permisos de vuelo. Aunque el “capo” castellonense sigue insistiendo en que pronto habrá vuelos de prueba, desde AENA se resalta que no habrá permisos sin conocer quién será el gestor.

Un “mordisco” de 16 millones de los Presupuestos
Pese a los interrogantes que se ciernen sobre el aeropuerto sin aviones, este dispondrá durante 2013 de una partida de 16 millones de euros a cargo de los Presupuestos autonómicos. Así, se destinan 237.330 euros para los salarios del personal, de los que el director de este aeródromo fantasma se llevará 84.000, unos 7.000 más de lo que gana el titular de la Generalitat. Los gastos de “funcionamiento” consumirán 4’7 millones y el servicio de halcones y hurones, con los que se combate la plaga de mamíferos que amenazan con las instalaciones, se llevará otros 456.521 euros.

La constructora reclama 126 millones
Mientras, Aerocas afronta un proceso judicial tras la denuncia presentada por Concesiones Aeroportuarias (Conaer), la empresa privada que iba a explotar las instalaciones durante 45 años, después de que tanto los gobiernos de Aznar como los de Zapatero rechazaran hacerse cargo de la infraestructura. Como la previsión era que el aeropuerto fuera deficitario, la Generalitat se comprometió con Conaer a hacerse cargo de las pérdidas los primeras ocho años, un pacto verbal realizado en 2011 que no llegó a plasmarse por escrito.

Ante los impagos del ejecutivo, la empresa denunció en diciembre de 2011 a la Generalitat por incumplimiento de contrato y ésta como respuesta comunicó la ruptura empresarial. Conaer reclama al Consell 126 millones por su inversión en la construcción del aeródromo más el lucro cesante, mientras que el gobierno valenciano, por su parte, aduce que ya ha pagado parte de las instalaciones y que además adelantó un crédito para la edificación. El último sábado de 2012 concluyó el plazo dado por la Generalitat para que la gestora del aeropuerto aceptase una oferta. El ejecutivo valenciano quiso evitar ir a juicio, pero Conaer –que se encuentra en concurso de acreedores- no dio su brazo a torcer ante el convencimiento de que la razón está de su lado.

EUPV pregunta por el dinero público invertido
La incertidumbre generada sobre el futuro del caro capricho del ecacique popular de Castelló ha llevado a la diputada de d'EUPV en las Corts Valencianes, Marina Albiol, a exigir explicaciones al conseller de Economía en sede parlamentaria. “Queremos que nos expliquen por qué dos años después de ser inaugurado el aeropuerto por Camps y Carlos Fabra, aún no se ha visto ningún avión”, critica la diputada de la formación de izquierdas, para quien lo más relevante de todo es “saber qué va a ser del dinero público allí invertido, porque no estamos hablando de una cifra insignificante”.

La parlamentaria asegura que desde EUPV “ya no esperamos que algún día un avión despistado aterrice en esas instalaciones que el Consell, en contra de las evidencias, se empeñó en constuir” al tiempo que califica de “burla” que el presidente de la Generalitat “no tenga ni idea de cuándo abrirá sus puertas ni si será vendido a precio de saldo a alguna empresa privada”.