Retirarlos y destruirlos. Esta es la petición que Scriptor S.A. (sociedad vinculada al Opus Dei y titular de la propiedad intelectual de los derechos de autor de José María Escrivá de Balaguer) ha realizado al experiodista de Intereconomía Enrique de Diego a raíz de la publicación de La tercera campanada, libro en el que ensalza al Opus Dei.

Según ha tenido conocimiento ELPLURAL.COM, Scriptor ha comunicado a través de un burofax a Enrique de Diego que ha presentado una demanda contra su editorial por infracción de los derechos de autor de Escrivá de Balaguer. En concreto, la sociedad acusa al periodista ultraconservador de realizar un uso indebido de una carta que el 14 de febrero de 1974 emitió el fundador del Opus Dei.

El secuestro de la edición
La demanda ha correspondido al Juzgado de lo Mercantil número 8 de Madrid, que ha fijado el próximo día 4 de diciembre para la vista de la medida cautelar consistente en el secuestro de la edición.

Petición del Opus
Asimismo, el Opus ha emitido una misiva a De Diego para requerirle “que proceda de modo inmediato a retirar y destruir los ejemplares de esa edición, absteniéndose de realizar distribución o publicidad alguna”, además de instarle a que valore “la gravedad de su conducta y sepa rectificarla”.

Ensalzando a Escrivá
Lo más llamativo es que en su libro, De Diego ensalza hasta la extenuación al fundador del Opus Dei, al que incluso llega a referirse como “una de las mentes más lúcidas del Siglo XX y un doctor de la Iglesia que hizo, con carácter premonitorio, un avance del paisaje desolador que ahora estamos viviendo”.

“Medida inquisitorial”
Por todo ello, Enrique de Diego ha calificado como un “disparate” la medida “inquisitorial” que solicita el Opus Dei. “Los directores actuales de la Obra no admiten ni que se hable bien del Opus Dei, ni de San Josemaría”, ha expuesto el experiodista de Intereconomía a ELPLURAL.COM.

“Esperaba un agradecimiento”
Asimismo, De Diego, que perteneció en el pasado al Opus Dei, ha reconocido que con la publicación de esta obra “esperaba recibir el agradecimiento” del colectivo ultracatólico, y en ningún caso “tener que hacer frente a una medida que nos retrotrae a las etapas anteriores de la libertad de imprenta”.