Los hechos sucedieron en 2003, cuando el PP consiguió la mayoría absoluta y siete concejales frente a cuatro del PSOE y dos de IU. El éxito popular llegó después de que una concejal que trabajaba “en colaboración con el alcalde” recabó más de 4.001 votos por correo. La cifra alarmó a Izquierda Unida, ya que en las elecciones anteriores habían votado de la misma manera solo 100 personas, así que decidió denunciar el caso como un presunto delito electoral.

Seis casos de compras de votos citados por la Audiencia
La Audiencia Provincial de Murcia incluyó en su dictamen seis casos “de compras de votos” que Izquierda Unida denunció, entre ellos el de “Primitivo”, quien consiguió un puesto como auxiliar administrativo en el ayuntamiento a cambio de votar correo al PP, o el de “Pura, a la que se la contrató como limpiadora después de haber entregado toda la documentación necesaria en relación al procedimiento completo del voto por correo.” No tuvo la misma suerte “Andrea”, ya que después de entregar toda la documentación requerida para el voto por correo después de que se le prometiera un trabajo no consiguió nada.

Cientos de personas
Según la acusación fueron varios cientos de personas en el pueblo los que “eran abordados, a veces por la calle, o en la sede del PP de Fortuna, solicitándoles el DNI suyo y el de sus padres para obtener así su voto por correo y destinarlo al Partido Popular a cambio de un puesto de trabajo en el Ayuntamiento de dicha localidad”.

La concejala, también condenada
En su sentencia el Supremo ha condenado a la concejala que hacía los ofrecimientos y al alcalde por actuar “en colaboración” con ella, aunque ha absuelto al político popular de los cargos de prevaricación que también se presentaban contra él.