Gobiernos europeos, bancos e inversores internacionales, dan por hecho que España tiene que pedir el rescate. Entre otras cosas porque el anuncio del Banco Central Europeo de comprar deuda de España e Italia está supeditada a que los países pidan oficialmente ayuda. Y como dejó bien claro el Presidente del BCE, Mario Draghi, esa petición irá sujeta a una "estricta condicionalidad". Pero Mariano Rajoy se resiste porque pedir el rescate significa un estigma que perseguirá al país durante años y porque España perderá soberanía. El Gobierno de Rajoy dejará de decidir en política económica, pero tendrá que poner la cara para anunciar más duros recortes.

Las cifras de esta semana
Las alarmas se encendieron este lunes cuando el interés a pagar por el bono español a diez años volvió al 6%. El vicepresidente de la Comisión Europea, Joaquín Almunia, alertó públicamente al gobierno español de que si no pide el rescate ya, la tregua que nos han concedido los mercados desaparecerá.

La prima de riesgo llegó a los 440 puntos básicos y bajó a los 425 después de la subasta celebrada hoy por el Tesoro, que logró vender 4.576 millones de euros en letras a doce y diciocho meses al interés más bajo desde abril. El Ibex 35 moderó la caída que registraba a primera hora de la mañana y lucha por no perder los 8.000 puntos.

A todo esto la morosidad en la banca (créditos de dudoso cobro) rozó el 10% en julio, marcando un nuevo récord histórico.

Objetivo de Rajoy: pedir el rescate sin que lo parezca
El Gobierno y el PP tienen pánico a una palabra: rescate. Los ciudadanos saben que detrás de esa palabra se esconden más penurias y sufrientos. Y Rajoy no quiere pasar a la historia como el Presidente que escribió las líneas más humillantes de la historia reciente de España.

Así que la estratygia política y de comunicación de Moncloa es clara: hacer antes los recortes que exige Bruselas para que después nadie pueda decir que son condiciones impuestas por el rescate. Si no hay condiciones no hay rescate.

Un ejemplo, Rajoy aprobó un recorte brutal de 65.000 millones de euros antes de pedir el rescate financiero. Así tiene la argucia para decir que no es rescate sino una "línea de ayuda" y que no tuvo que dar nada a cambio, ya lo había dado antes. Ahora prapara otro dramático recorte en los Presupuestos Generales del Estado para 2.013 y solicitará oficalmente a Bruselas que el BCE compre deuda española después, si la prima de riesgo le deja.

Rajoy ya sabe los recortes que le imponen
Mariano Rajoy conoce ya los ajustes que Alemania impone. Aunque lleva meses intentando convencer a Merkel de que ya ha recortado en todo, ni Berlín ni el BCE dan su brazo a torcer. Cabe recordar que el recorte que aprobó Zapatero en 2010 fue "solo" de 15.000 millones de euros y al PSOE le costó la derrota electoral. Rajoy suma ya dos recortazos en 9 meses: el primero de 10.000 millones de euros y el segundo de 65.000. Es aproximadamente lo que España necesita para rescatar a los bancos. Es decir, los españoles ya hemos pagado el rescate bancario con los recortes de Rajoy.

Pero no será suficiente porque la espiral de recortes estrangula la economía y no se generan nuevos ingresos. Los ingresos disminuyen y algunos gastos, como el desempleo, aumentan como consecuencia del estrangulamiento económico. Así que España necesita poder financiarse a precios razonable para pagar las facturas y como los inversores no se fían de que España finalmente no vaya a la quiebra como Grecia, el único que puede comprar deuda española es el Banco Central Europeo. Después de una dura negociación el BCE lo hará, pero España tendrá que obedecer a Alemania.

Reforma de las pensiones
Cuando Zapatero reformó las pensiones alargando la edad de jubiliación a los 67 años durante un perído de tiempo transitorio, el PP votó en contra. Los partidos conservadores europeos no entendieron la actitud del PP y Rajoy trasladó mensajes diciendo que era una estrategia "electoral". Votaban no porque eso les daba votos, no porque no estuvieran de acuerdo. Ahora llega la realidad, aunque Rajoy sabe que si congela las pensiones o no las revaloriza, habrá cruzado un Rubicón -parafraseando a Esperanza Aguirre- sin vuelta atrás con los votantes, Alemania le pide que haga otra reforma de pensiones que consiste en: adelantar más aún el retraso de la edad de jubilación, acabar con las prejubilaciones y acabar con la revalorización automática de enero en función de la subida del IPC. Sudores fríos entran en Moncloa y en la sede del PP de sólo pensarlo. Por eso el Presidente del Gobierno quiere que los Presupuestos para el próximo año sean tan duros que calmen a Ángela Merkel y evitar hundirse en le Rubicón de las pensiones.