Ya sabemos que no somos clase media. Nunca lo fuimos. Pertenecen a la clase media aquellas personas que pueden mantenerse con sus propias rentas, aunque sean pequeñas; aquellas que no dependen absolutamente de un único salario para poder vivir, aquellas que en caso de quedarse sin trabajo pueden razonablemente esperar encontrar otro sin que su nivel de vida se vea alterado. Es decir, sí, pertenecen a la clase medias aquellas personas que tienen control sobre sus vidas. Todas aquellas otras personas, la inmensa mayoría, cuya única fuente de ingresos es el salario, sea este bajo, muy bajo o normal, están vendidas. Esta crisis ha demostrado lo fácil que es que cualquiera que dependa de un salario (y no digamos ya si además tiene una deuda con el banco) se deslicen, por quedarse sin aquel o por ver recortado su sueldo, no ya hacia la clase trabajadora, de la que nunca han salido, sino directamente a la pobreza. Aunque la familia sigue siendo el gran colchón social, si una persona depende sólo de un salario que da únicamente para vivir, su vida no le pertenece enteramente ya que ésta puede ser convertida como acabamos de ver, en una condena. Pueden bajar los salarios hasta el límite de la subsistencia o más abajo, pueden acabar con cualquier protección social, pueden despedirnos y dejarnos en la miseria, pueden precarizarnos, pueden convertir la vejez o la enfermedad en un infierno, pueden aterrarnos, someternos, explotarnos, pueden hacer que trabajemos gratis o a cambio de comida… Pueden hacer esto y hacerlo, además, de un día para otro. En eso consiste la lucha de clases, en eso ha consistido siempre y en eso estamos. En que quienes no tenemos más que nuestro trabajo para vivir podamos tener control sobre nuestras vidas, que no puedan apropiarse otros de ellas, que no seamos cuerpos biológicos cuyo único valor es el productivo. En resumen: esto se llama capitalismo, somos la clase trabajadora convertida en masa laboral y la solución es simple y compleja y se conoce hace mucho: hay que combatir el capitalismo porque es injusto, es inhumano y porque va a acabar con todo.
Beatriz Gimeno es escritora y expresidenta de la FELGT (Federación Española de Lesbianas, Gays y Transexuales)
http://beatrizgimeno.es