La Comunidad Valenciana es un problema económico para el Gobierno y para el PP porque no tiene liquidez, es la segunda más endeudada de España, la primera que más debe a proveedores, ya tuvo que ser auxiliada con un crédito especial por Montoro nada más llegar al Ministerio y fuentes de Economía afirman que solo tiene dinero para llegar hasta junio, después o el Gobierno la socorre o entrará en quiebra.

Es un problema político porque en la Comunidad Valenciana el PP no puede escudarse en la herencia recibida, como lo hace en Castilla La Mancha o Extremadura. El desastre valenciano solo tiene una firma: el Partido Popular. El “ejemplo de prosperidad” ha quedado reducido a inversiones megalómanas en aeropuertos que no funcionan (Castellón), en acontecimientos deportivos con un coste escandaloso (Fórmula 1, Copa América) y en desarrollos urbanísticos ruinosos.  Por no hablar de que todas las antiguas cajas de ahorros valencianas han tenido que ser intervenidas y que el Gobernador del Banco de España llegó a calificar a la CAM como “lo peor de los peor”. ¿Quién puso a los directivos de esas cajas que escandalizaron a España con sueldos y pensiones de escándalo?, el Partido Popular.

Y tiene un grave problema interno y de imagen: la corrupción. Todo se decantó en Valencia, la trama Gurtel, los trajes de Camps, todos sus dirigente provinciales imputados en una u otra causa por forrarse a costa del erario público y ramificación del caso “Urdangarín”. Por primera vez el PP tuvo que hacer dimitir a un Presidente autonómico acusado de corrupción, a Francisco Camps,  al que Rajoy puso de ejemplo como político en el 2.008 yque se ha convertido en una bomba de relojería en el seno del PP.

¿Qué hubiera ocurrido si la Comunidad Valenciana tuviera gobierno de izquierdas?
Primero que la derecha mediática  dedicaría todos los días minutos y portadas al despilfarro, los escándalos y la corrupción, afirmando sin ambages que ese sería el ejemplo de cómo la izquierda hace las cosas. El problema es que en la Comunidad Valenciana los corruptos, los despilfarradores y los malos gestores son todos de derechas. Y por eso informan lo menos posible.

En segundo lugar que a estas alturas Cristobal Montoro ya la habría intervenido, sin embargo el Ministro de Hacienda calla y protege el desastre valenciano inyectándole liquidez. ¿Daría liquidez Montoro a Andalucía si sus cuentas estuvieran como las valencianas?. La respuesta es obvia, no, porque tenemos un ministro que funciona por criterios políticos y no económicos, y así nos luce el pelo.

Es más, con un desparpajo y un cinismo económico que asusta, Cristobal Montoro solo habla de las cuentas de Andalucía y, como no son tan malas como ellos quisieran, acusan al  gobierno regional de mentir.

La irresponsabilidad y la deslealtad institucional del Ministro de Hacienda y del PP hacia Andalucía es de bochorno, no solo porque utilizan políticamente esta Comunidad para no hablar de otras, como Valencia y Murcia, sino porque con sus afirmaciones ponen en peligro no ya la credibilidad de las cuentas andaluzas, sino las de todo el Estado. ¿Cómo se van a creer la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional  las cuentas españolas si el propio Ministro de Hacienda dice que los españoles, los andaluces, mienten?. La prima de riesgo no baja de 400 puntos básicos y Rajoy se pregunta por qué.