El empuje de muchos países nos hizo llegar al punto en el que nos encontramos, que en Román paladino podría definirse como de atasco. Las buenas intenciones se agolpan con deseos de enviar misiones a Marte y volver a la Luna, pero lo cierto es que los recortes presupuestarios para destinar a urgencias más cotidianas han hecho que desde hace tiempo no vivamos uno de esos momentos mágicos que disfrutaron nuestros padres y abuelos. Quizás ese instante llegue de la mano de la iniciativa privada. Dos empresas están hoy muy cerca de realizar su primer vuelo a la Estación Espacial Internacional (ISS). El honor lo tendrá la californiana Space X, que ya ha conseguido poner en órbita y traer de vuelta a la Tierra su cápsula Dragon.

No sólo Martin Luther King tuvo un sueño. Kennedy nos mostró la mejor cara de una humanidad que siempre quiere ir más allá, o al menos debería. Quizás los días complicados que vivimos nos hagan mirar al corto plazo obligados, pero siempre debe haber mujeres y hombres que eleven el espíritu para empujarnos hacia lo desconocido. A romper las fronteras y las líneas rojas en la seguridad de que lo que hay más allá nos otorgará enormes beneficios en todos los planos del ser humano. Es una obligación que tenemos con todos aquellos que se dejaron la vida en la exploración al límite. Los que murieron en sus barcos mientras abrían nuevas rutas o los fallecidos durante la exploración espacial. Hemos apostado tanto, y tantos han dado su vida, que no seguir por nuestra senda natural como especie sería una traición a su memoria. En definitiva, engañarnos a nosotros mismos y dejar de lado nuestros sueños.

Ion Antolín Llorente es periodista y blogger
En Twitter @ionantolin