Benedicto XVI salió al paso del “llamamiento a la desobediencia” realizada por 300 sacerdotes y diáconos de Austria en un manifiesto hecho público en Internet, que encontró eco en Irlanda, donde lo han suscrito unos 600 sacerdotes. Además, ha tenido seguimientos en otros países europeos.

No, al sacerdocio femenino
El Pontífice señaló que pretenden desobedecer cuestiones sobre las que Juan Pablo II ya declaró "de manera irrevocable que la Iglesia no ha recibido del Señor ninguna autoridad sobre esto", en referencia al sacerdocio femenino.

Denuncia a los sacerdotes desobedientes
En su homilía, el Papa lamentó que “un grupo de sacerdotes ha publicado en un país europeo una llamada a la desobediencia, aportando al mismo tiempo ejemplos concretos de cómo se puede expresar esa desobediencia, que debería ignorar incluso decisiones definitivas del Magisterio”.

No, a  cualquier renovación dentro de la Iglesia
Benedicto XVI zanjó la controversia afirmando que “la configuración con Cristo es el presupuesto y la base de toda renovación”, y recordando que “los santos nos indican cómo funciona la renovación y cómo podemos ponernos a su servicio”.

Lo que piden los rebelados
Entre los puntos que defienden los sacerdotes austríacos e irlandeses que protagonizan la llamada a “la desobediencia figura dar la comunión a los católicos divorciados vueltos a casar, negarse a celebrar varias misas los domingos, permitir la predicación de los laicos, promover la ordenación sacerdotal de mujeres y de personas casadas, establecer un presidente en cada parroquia, y manifestar solidaridad con los sacerdotes casados y los que viven con compañeras sentimentales estables.