Después de la etapa en que Intereconomía pedía directamente dinero a sus seguidores, insertando un número de cuenta en el que hacer donativos, ahora el grupo ha optado por una estrategia un poco menos burda. El grupo mediático del exdiputado del PP Julio Ariza está reforzando sus llamamientos para que sus fans se apunten al selecto club de amigos de la casa.

La verdadera televisión española
Desde hace unos días puede encontrarse dentro de La Gaceta un anuncio a toda página que llama a sus seguidores a defender "la verdadera televisión española". El epíteto se lo han adjudicado para diferenciarse de las cadenas en las que el accionariado es extranjero, lo que en Intereconomía califican de "situación de colonización".

Lejos de influencias
El anuncio no ahorra en elogios para sí y subraya que la cadena del toro está comprometida "con la verdad, con la información independiente y objetiva", mientras que "no estamos comprometidos con ningún partido político, ni con ninguna organización económica o religiosa".

La independencia de Intereconomía
Más allá de la evidente querencia por el PP (nunca faltan uno o dos cargos públicos de este partido sentados en la mesa de El Gato al Agua) lo cierto es que el presidente de Intereconomía es Julio Ariza, exdiputado del PP catalán. En la cúpula del grupo están sentados relevantes exdirigentes de la Asociación Católica de Propagandistas y, como ya se informó en ELPLURAL.COM, no sentó muy bien entre los jerarcas de la compañía un artículo que el director de La Gaceta, Carlos Dávila, intentó publicar contra las organizaciones religiosas secretas y que finalmente fue censurado.

Quebraderos de cabeza
La iniciativa del Club de Amigos de Intereconomía podrá ayudar a las arcas del grupo, pero también es fuente de quebraderos de cabeza. A principios de diciembre, la cadena decidió invitar a los primeros diez socios de este club a conocer la cadena e incluso participaron en directo en algún programa. La sorpresa vino después cuando, como contó este periódico, se descubrió la identidad virtual de uno de esos amigos: Tomás Santos.

El seguidor ejemplar
Santos es más conocido en Internet como el responsable de una web y una cuenta de Twitter de extrema derecha (En Estado de Guerra) desde los que se tachaba de "zorritas" a los socialistas Leire Pajín y Pedro Zerolo. También se hizo tristemente famoso por sus amenazas al activista Shangay Lily, sobre el que dijo "si un día me cruzo al cabrón, le reviento el bazo (…) Que no te vea o vas a mear sangre en un mes".