Pero la realidad no ha ratificado las  aseveraciones de Cospedal. Ni de Cospedal ni de Mariano Rajoy ni de ningún otro dirigentes popular. Es absolutamente cierto, sin embargo, que este Gobierno conservador ha optado por tragarse las flamantes teorías neoliberales y ha preferido violar -nada más llegar a la Moncloa- sus principios y sus sagradas convicciones. Ayer, sin ir más lejos, la secretaria general proclamó lo siguiente: “La subida de impuestos [del Gobierno Rajoy] es la “más social y progresiva posible”. Es decir, que todo cuanto venían sosteniendo los conservadores  acabó siendo una falacia.

Cambio de carril
Algo similar, en todo caso, le ocurrió en mayo de 2010 a Zapatero. Ante el riesgo de que España tuviera que ser rescatada del temporal de la crisis, presionado al máximo por la UE y otros organismos internacionales, el entonces todavía jefe del Gobierno se cambió de carril. Aparcó sus creencias ideológicas y comenzó a poner en marcha iniciativas escasamente socialdemócratas. Descartó las recetas keynesianas y se dejó llevar en cierto modo por las recetas de Milton Friedman. El obligado gesto de Zapatero precipitó de forma imparable y creciente la caída al abismo del socialismo.

El engaño de Rajoy
Pues bien, mientras Zapatero fue severamente castigado por el electorado del PSOE, Rajoy –al parecer, y si se lee la encuesta de El País del pasado domingo- sigue reclutando adeptos. Rajoy logró la más grande mayoría absoluta que ha habido en España desde la transición a la actualidad. Pero Rajoy engañó a todos los ciudadanos de este país prometiendo que no habría subidas de impuestos y no ha sido así. Ha sucedido todo lo contrario. ¿Cuándo los españoles se darán cuenta de que la victoria del PP no  es más que  una enorme injusticia?


Enric Sopena es director de ELPLURAL.COM