Todo empezó el año 2003, cuando el preocupado presidente del Ejecutivo popular citó a Alberto Ruiz-Gallardón y le pidió dos cosas. La primera, que retrocediera un escalón en su carrera pasando de presidente de la Comunidad de Madrid a alcalde de la capital española. La segunda, que incluyera a su mujer, Ana, en la lista municipal del PP. Así fue y Botella fue subiendo como la espuma, gracias a los apoyos de su marido y de Gallardón hasta lograr su objetivo: ser alcaldesa de Madrid.

El puzzle
Creía Aznar con razón que corría riesgo el Ayuntamiento derechista, siendo en 2003 Trinidad Jiménez la candidata socialista y, por tanto, había que blindarlo. De modo que designó a Esperanza Aguirre para presidir la autonomía madrileña y Gallardón se convirtió en alcaldable del PP. El puzzle le salió bien al entonces jefe supremo de la derecha española.

Conde Pumpido
Venció cómodamente Gallardón y Aguirre consiguió su objetivo de ser la presidenta de la Comunidad madrileña. Resultado magnífico, pues, el de los conservadores, sólo empañado por el tamayazo. Pero aquel pucherazo fue gestionado pésimamente por el PSOE, al extremo de que el fiscal general del Estado hasta hace pocos días, Cándido Conde Pumpido, se despegó del asunto y, que se sepa, no abrió ninguna vía judicial de investigación. Insólito, pero cierto. O sea, lamentable.

Estos lodos
Aquellos polvos trajeron en buena parte estos lodos. Candidatos al Ayuntamiento de Madrid como Miguel Sebastián, encargado a serlo por Zapatero, contribuyeron a laminar el suelo electoral de los socialistas madrileños. El PSOE no defendió a capa y espada la Comunidad. Tampoco, el Ayuntamiento de Madrid. Las oleadas de desafecto de la ciudadanía y los errores tan graves en estos últimos años han condenado al PSM a ser un partido no residual, pero sí en caída casi libre.

El dedazo de Aznar y Gallardón
¿Por qué Zapatero rechazó la propuesta que le hizo Javier Solana –en aquel tiempo, en su esplendor europeo- de ser candidato a alcalde de Madrid? ¿Por qué Zapatero no empujó a Conde Pumnpido a investigar el tamayazo, lo que el PP, naturalmente, no quiso hacer? Hoy hemos asistido a un bochornoso espectáculo escasamente democrático. Ni primarias ni la opinión de las bases del PP han sido siquiera consultadas. Botella es la alcaldesa de Madrid, gracias al dedazo de su marido y el de Gallardón. ¿Alguien puede pensar que Botella está en condiciones de gestionar el Ayuntamiento más endeudado -6.891 millones de euros- de toda España? Nunca, desde la transición hasta ahora, pudo la ciudad de Madrid llegar tan bajo y una enchufada como Botella, tan alto.

Enric Sopena es director de ELPLURAL.COM