Un Carles Puigdemont, o más bien varios, colocados en una picota pidiendo al Estado español que le perdone la vida. Es uno de los momentos vividos en el Concurso de Carnaval de Cádiz. Al ritmo de Antonio Orozco, los presidentes catalanes, que enarbolan la senyera piden clemencia al verdugo, mientras el alguacil pregunta al público si le perdonan o no, lo que provoca una respuesta unánime: “¡No!”.

El vídeo lo ha publicado en Twitter Jonathan Martínez, señalando lo que a muchos no parece evidente. “Cádiz es pura sátira contra el poder y aquí es el 155 lo que sale peor parado”.

Jonathan, además, señala que “si el guillotinado fuera otro, ya estarían en la cárcel” y advirtiendo de que “los medios van a utilizar esta pieza para atizar el odio entre pueblos y la paz entre clases. No les deis el gusto”.

Además, este conocido tuitero incluye otra comparsa, la ganadora de hace dos años, en las que los cantantes se solidarizaban con el pueblo catalán y le recuerdan que sus similitudes son mayores que sus diferencias: “Tú tienes represión, yo tengo paro. Tú, al golfo de Pujol, y yo los EREs”.

O señalan que "los dos tenemos vagos y un rey que alimentar” y que “no te diré cobarde si decides marcharte. Tú siempre serás parte de mi sagrada familia".

Sin embargo, pese a las advertencias de Jonathan no han calado en muchas personas que se han indignado por la chirigota.

Las chirigotas en el carnaval de Cádiz

La chirigota es una agrupación musical coral de carácter carnavalesco que canta principalmente por las calles ofreciendo coplas humorísticas a la ciudad. También se denomina genéricamente chirigotas a las canciones interpretadas por estas formaciones corales.

Las chirigotas son coplillas recitativas y monólogas y poseen unas formas musicales muy simples procedentes del pasodoble, la rumba, el tanguillo, la seguidilla, la jota, la isa canaria… El objetivo principal de la chirigota es hacer reír al público a través de la crítica satírico-humorística.