Marzo es el mes que nos recuerda el inicio de este sangriento conflicto que comenzó con el arresto de un grupo de adolescentes por  pintar en las paredes de su escuela en Deraa “es tu turno, Doctor”, “la gente quiere que el régimen caiga”, en referencia a Asad; tras la detención y tortura de los que eran solo unos críos, comenzaron las manifestaciones que clamaban más democracia y derechos para la población, era el comienzo de una guerra civil que ya se ha cobrado con la vida de más de 20.000 niños.

Se calcula que 3,3 millones de niños dentro del país están expuestos a artefactos explosivos

Hay una necesidad pospuesta de abordar la atención a largo plazo de los niños que han sufrido la violencia, la pérdida y separación de su familia, la interrupción de su educación y que no han podido disfrutar de una infancia pacífica”. afirma Alia Al-Dalli, directora internacional de Aldeas Infantiles SOS para Oriente Medio y el Norte de África.

Más de 3,5 millones de niños sirios menores de siete años no conocen otra realidad que la guerra, carecen de servicios básicos, de educación y de protección. Siete años después de que estallase el conflicto, Aldeas Infantiles SOS continúa apoyando a niños y familias en situación de riesgo a través de Programas de Respuesta de Emergencia de Aldeas, ubicados en Alepo, Damasco y Tartús, y donde han prestado ayuda a 93.000 niños y 52.000 familias afectadas por la contienda. “No debemos perder de vista el efecto que este conflicto ha tenido en toda una generación de niños"Alia Al-Dalli 

 

Un año desolador

 En 2017 fue el año en el que mataron a más niños y niñas desde el comienzo del conflicto y más de 360 niños resultaron heridos, dejando a muchos de ellos con discapacidad, según Naciones Unidas.

Se estima que más de 8,5 millones de niños en Siria y los países vecinos continúan necesitando ayuda humanitaria

 

Aldeas Infantiles SOS

Aldeas Infantiles SOS, recientemente galardonada con el Premio Princesa de Asturias de la Concordia 2016, es una organización internacional, privada, de ayuda a la infancia, sin ánimo de lucro y con presencia en 134 países.

 Su labor se centra en el desarrollo del niño hasta que llega a ser una persona autosuficiente y bien integrada en la sociedad. Trabaja para fortalecer a las familias vulnerables, de modo que puedan atender adecuadamente a sus hijos; protege a los niños que se han visto privados del cuidado parental, a los que brinda un entorno familiar protector en el que puedan crecer sintiéndose queridos y respetados, y acompaña a los jóvenes en su proceso de maduración e independencia.