China lanzó este viernes al espacio su primer satélite, desarrollado de forma conjunta con Italia, para estudiar qué condiciones se producen en el campo electromagnético antes de que haya un seísmo, lo que podría servir para prever y monitorizar terremotos.

El satélite, de 730 kilos, ha sido enviado al espacio desde el desierto de Gobi (al norte) para situarlo en una órbita sincronizada con el sol, a una distancia de alrededor de 500 kilómetros.

En palabras de Zhao Jin, miembro de la Administración Espacial Nacional de China, en declaraciones recogidas por la agencia oficial Xinhua, el satélite "ayudará a los científicos a monitorizar el campo electromagnético, el plasma ionosférico y las partículas de alta energía durante una misión que se espera que dure cinco años".

El aparato recogerá datos electromagnéticos asociados a terremotos de más de 6 grados en la escala de Richter en China y de más de 7 grados de magnitud en otros países a una distancia máxima de 1.000 kilómetros, con la intención de identificar patrones de comportamiento en el campo electromagnético antes de que sucedan.

A modo de curiosidad, hay que decir que el satélite ha recibido el nombre de 'Zhangheng 1', como homenaje al académico Zhang Heng, creador del primer sismógrafo en el año 132.

Tras el lanzamiento, el presidente de China, Xi Jinping, y su homólogo italiano, Sergio Mattarella, se han felicitado mutuamente por el éxito del envío al espacio.

En este sentido, el mandatario del gigante asiático aseguró que ambos países "han logrado grandes resultados en la cooperación" para este proyecto, que "jugará un importante papel en la alerta de terremotos y la prevención y alivio de desastres, así como para facilitar el desarrollo socioeconómico de los dos países".