Hace aproximadamente un año, en concreto 13 meses, el Reino Unido daba un varapalo a WhatsApp como consecuencia de su compra por parte de Facebook. Ocurría en noviembre de 2016. La Oficina del Comisionado de Información del país indicó entonces que la compañía de Mark Zuckerberg tenía que poner freno al traspaso de datos con la aplicación del teléfono verde, también de su propiedad.

Las autoridades inglesas fueron contundentes, tras un análisis de varios meses, al poner de manifiesto que existía “la preocupación de que los consumidores no estaban protegidos adecuadamente”. Asimismo, cuestionaban el destino que daba Facebook a los datos de WhatsApp.

Después de Inglaterra, el turno le tocó a Alemania, que también puso en entredicho ese traspaso de datos.

Un mes de plazo

Ahora ha sido el Gobierno francés el que ha dado un auténtico tirón de orejas a la empresa dueña de la aplicación de mensajería más utilizada del planeta.

La polémica, una vez más, tiene que ver con el uso de esos datos que los usuarios ‘ceden’ obligatoriamente al aceptar las condiciones de utilización de la app.

El fin comercial de esos datos es uno de los grandes negocios de internet y, como era de esperar, tanto WhatsApp, como Facebook no están dispuestos a pasarlo por alto, sobre todo si se tiene en cuenta que la compañía de Zuckerberg no ha sido capaz de monetizar su multimillonaria adquisición.

Francia ha dado un plazo de un mes para que finalice de manera definitiva el traspaso de información.

Relación complicada

El país vecino insiste, al igual que las otras naciones europeas que ya se han pronunciado sobre el asunto, en que no se ha informado a los usuarios de que esos datos se utilizan con una perspectiva publicitaria y comercial. La advertencia y el ultimátum lo ha fijado el CNIL (Comisión Nacional de la Informática y las Libertades), organismo que, incluso, llega a hablar de “violación” de las “libertades fundamentales” de las personas a las que no se les permite usar WhatsApp si no aceptan las condiciones de Facebook, es decir, que la red social se sirva comercialmente de sus datos.

Parece que la relación de la plataforma fundada por Mark Zuckerberg con Europa no es un camino de rosas. Han sido diferentes los Gobiernos del Viejo Continente que han puesto en duda algunos de los movimientos de la compañía, a los que habría que añadir los de la Unión Europea, con multas incluida, la última hace apenas medio año.

Por cierto, en medio de toda esta polémica y hablando de los derechos de los usuarios en cuanto al uso que de sus datos hacen terceros ¿cuándo se va a pronunciar el Ejecutivo español al respecto?