En este mundo “todos somos agentes de cambio”. La afirmación es del co-director de Ashoka España, David Martín, y la pronunció en el marco de la presentación hoy de los nuevos proyectos que se incorporan a esta fundación internacional sin ánimo de lucro que, en sus casi cuatro décadas de existencia –en España desde 2003-, se ha convertido en todo un referente en materia de emprendimiento social.

Este lunes ha dado a conocer a quienes se integran en la entidad con sus respectivos proyectos, todos con el denominador común de “la capacidad para solucionar un problema raíz, o lo que nosotros llamamos la ‘nueva idea’”, en palabras de Martín.

En estos tiempos que corren, con una crisis que todavía no ceja en su empeño de ponérselo difícil a mucha gente, proliferan las iniciativas que tratar de buscar las herramientas que palien su situación. El emprendimiento social en estos supuestos está fuera de toda duda.

Cambiar las cosas

Sin embargo, en la sociedad actual, la capacidad para cambiar las cosas no se circunscribe a un solo ámbito o materia. Muy al contrario, todos son susceptibles de mejora desde una perspectiva social. La demostración más evidente, en este sentido, está representada en los cuatro emprendedores que hoy han recibido el respaldo de Ashoka.

Hablar de innovación y emprendimiento social, es también hablar de salud a través de un programa informático que es capaz de conectar, como si de un ‘Google’ médico se tratara, a los facultativos con sus pacientes. Se trata de Savana, desarrollado por el neurólogo en el Hospital Ramón y Cajal, Ignacio Medrano. Su idea permite, entre otras cosas, mejorar los diagnósticos, con todo lo que ello conlleva.

Este martes ha estado en la presentación junto a Victoria Tortosa. Es la precursora de La Exclusiva, una iniciativa que lucha contra la despoblación. Como ella misma explicó, el nombre de su proyecto “lo tomamos del autobús que unía Soria capital con la zona más desplobada de Europa”, todo un simbolismo tan real como la vida misma.

Pierde 4 habitantes cada día

La tarea no es sencilla porque supone dar la vuelta a una tortilla que forma parte del menú de cada día para decenas de personas (ahora también trabajan en Burgos) que, de una u otra manera, se ven en la obligación de desplazarse, de dejar su casa y su tierra porque no tienen siquiera la posibilidad de acceder a los alimentos. La Exclusiva se los acerca, con lo que contribuye a frenar un fenómeno que, en el caso soriano, se resume en que pierde casi 4 habitantes cada día.

Ashoka, desde que funciona, se propone cambiar las cosas. Algunas más locales, pero con un método exportable a otros lugares del planeta. Para ello, como indicó David Martín hoy, la entidad se dedica a “identificar a las personas que generan un impacto social en este sentido”. Esto significa que, proyectos como Savana o La Exclusiva, recibirán su apoyo para continuar desarrollándose, al tiempo que “creamos un equipo con ellos”.

Creatividad, impacto e, incluso, la trayectoria personal como emprendedores de quienes los impulsan, son otros de los criterios que tiene en cuenta esta fundación a la hora de elegir iniciativas.

Escuelas Changemaker

De nuevo, como en los otros dos casos, Vox Prima (“para que la creatividad gane espacio en la Educación Primaria”, según su fundadora, Roser Ballesteros) y Bridge for Billions (incubadora digital creada por Pablo Santaeufemia que trabaja con quienes no pueden acceder a los sistema tradicionales de emprendimiento) los cumplen, y además siempre con la perspectiva de cambiar las cosas.

Imagen de la presentación de este lunes de los nuevos proyectos que se incorporan a Ashoka. 

Desde unos años, Ashoka también reconoce en España la labor que desarrollan algunos centros educativos. A nivel mundial, de este prestigioso apartado forman parte 300 escuelas, "de todos los continentes, excepto Australia (Oceanía)", reconoció el co-director de la entidad. Hoy también se convierten en changemaker dos nuevos centros.

Por una parte, el colegio Verdemar, de Santander, una cooperativa con medio siglo de existencia que pone a disposición de los escolares una educación con valores y pedagogía dinámica que, además, como aclaró la representante de este centro, sitúa al "estudiante como protagonista de su propio aprendizaje". 

Aprendizaje y servicio

Junto a él, un instituto de Educación Secundaria de la ciudad de Coslada, en Madrid, el Miguel Catalán. Su director, Miguel Ángel García, definió el trabajo conjunto de profesores y alumnos con términos como "inclusión, porque todos participan, de ahí que también la participación sea importante, porque al fin y al cabo el estudiante tiene que ser el protagonista; la convivencia, porque si bien es importante que crezcan en su desarrollo personal, no lo es menos que lo hagan en lo relacional, ya que no viven solos". 

El IES Miguel Catalán es un ejemplo muy claro -acumula diferentes premios y reconocimientos- de la conexión de sus estudiantes con el medio en el que viven y donde se encuentra el centro. Y esto se plasma en diferentes proyectos que llevan a cabo con el Ayuntamiento de Coslada y con colectivos de la ciudad. 

Cuando en 1981, Bill Drayton decidió crear Ashoka (Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional 2011) lo hizo con el objetivo de cambiar el mundo.

La ambición de la afirmación, con su adaptación al paso del tiempo, se ha ido cumpliendo, desde lo local, con diferentes entidades, colectivos y, en los últimos años, centros educativos que trasladan su experiencia al resto del mundo. Más de tres décadas y media después, el propósito sigue siendo el mismo. Desde hoy, cuatro nuevos proyectos y dos escuelas españolas se suman para la consecución de esta meta.