No es fácil tener 40 años y, habiéndote quedado o no sin empleo, decides un día emprender. Esa dificultad crece si se alcanza la siguiente decena. Lo de tener una idea propia de negocio impregnada de un marcado carácter social ya cumplidos los 60 y que alguien apueste por ella, es cosa de ciencia ficción.

Habría que decir, para ser exactos, que lo era porque, gracias a Aquarius, un grupo de esas personas con inquietudes emprendedoras ha podido llevar adelante su proyecto o, por lo menos, demostrar que es posible hacerlo realidad.

Todo gracias a las becas ‘Nos morimos por vivir’, con las que la conocida marca, con el apoyo de Cincuentopía y la Asociación Jubilares, ha roto los tabúes de la edad.

Este jueves ha sido el día grande, con la selección del proyecto ganador por parte de un jurado compuesto por tres representantes de algunas de las entidades más renombradas en materia de emprendimiento social, aceleración de nuevos proyectos y sostenibilidad, como son Ashoka, Impact Hub Madrid y Ethic.

Finalmente, la primera beca ‘Nos morimos por vivir’ de Aquarius se la ha llevado el proyecto ‘Amor de abuela, amor de abuelo’, que en sí mismo engloba los criterios que persiguen estas ayudas auspiciadas por la conocida marca de bebidas isotónicas.

Proyecto intergeneracional

Elsa Varona y Gabriela Wainsberg son las creadoras de una iniciativa que, en declaraciones a ELPLURAL.COM, resumen en unos talleres centrados en las relaciones intergeneracionales entre los mayores y sus nietos y nietas. Se dividen en diferentes sesiones que abordan desde las canciones de antes y ahora, hasta que sean los propios abuelos los que marquen los pasos a seguir porque, como dice Gabriela, “el objetivo es mostrarles qué proyecto personal, qué inquietudes y qué sueños tienen que puedan ser realizables en esta etapa de su vida”.

Imagen de todos los finalistas, mentores y responsables de Aquarius este jueves en Madrid. (Foto: T.R.)

La última parte tiene que ver con “el legado que puedan dejar de forma escrita, palabras, consejos, anécdotas o consejos a sus nietos como recuerdo para toda la vida y que estos, en diferentes momentos de sus vidas, puedan recurrir a ellos”.

“Confiar más en nosotras”

El premio supone, en palabras de Elsa Varona, “la posibilidad de ponerlo en marcha”, al tiempo que reconoce que “poder ayudar a los demás, de la manera que sea, siempre revierte en uno, y eso es terapéutico”. Por su parte, Gabriela tras señalar que “la gente mayor tiene mucha onda”, aclara que en lo personal es “ni más, ni menos, que un ‘chute’ de confianza”, no en vano, como recuerda, después de “20 años como emprendedora” este reconocimiento es un acicate tras una crisis que, en su caso, la ha golpeado con fuerza.

La clave la da Elsa al indicar que esta beca también supone “confiar más en nosotros mismas para seguir trabajando”.

Cabe subrayar que los cinco proyectos finalistas han contado en el último mes con la mentorización por parte de emprendedores cuyas ideas se convirtieron en empresas de éxito. En el caso de las ganadoras, esa labor ha correspondido a María Covadonga Fernández, fundadora de Uniqshoes.

Con continuidad

Yayo Mochilero, Aromas de Santiago, Co Housing Vida+Fácil y Mantener alojamientos rurales, son las otras iniciativas finalistas. Todas con ese marcado carácter social. En esta edición solamente ha habido una ganadora.

No obstante, los responsables de Aquarius España presentes en la entrega del premio ya han adelantado que esta convocatoria continuará en el tiempo y podrán volver a presentarse. Por lo tanto, si tienes 60 años o más y una idea para emprender desde una perspectiva social, deberías tener en cuenta que la segunda edición de las becas ‘Nos morimos por vivir’ empieza a tomar forma... desde este mismo jueves.