Se ha convertido en un hecho la cada vez más temprana edad en la que las nuevas generaciones tienen acceso a la tecnología, algo que da a los móviles, tablets e Internet una mayor presencia en nuestras vidas. Si bien esto ofrece una serie de enormes ventajas en cuanto la forma en que conocemos el mundo o nos comunicamos, igualmente conlleva una serie de peligros que afectan a los más jóvenes, destacando el acoso cibernético.

Pero, ¿cómo funciona esta tipo de acoso? Al igual que el bullying tradicional, es una forma de acoso que afecta a un grupo de jóvenes de una determinada edad y que se da entre amigos, compañeros o personas de un mismo entorno. El problema es que las redes ofrecen algo nuevo a los agresores: el anonimato. Esto da una mayor libertad a quienes lo realizan ya que siente una mayor impunidad para actuar. 

Otro aspecto intrínseco al acoso en las redes es que la víctima está disponible en cualquier momento, por lo que no se limita a las aulas o al patio del colegio, sino que también puede continuar sufriéndolo cuando está en casa. Esto hace que sea mucho más impredecible y que la víctima se sienta mucho más vulnerable, aumentando la presión y su inseguridad.

La ausencia de límites del acoso online

Uno de los grandes problemas del acoso online es la falta de humanidad de mismo, ya que el agresor no necesita establecer ningún tipo de contacto físico con la persona a la que está atacando a través de humillaciones, amenazas o insultos. Esto hace que sea mucho más fácil llevarlo a cabo ya que va a ser complicado que se ponga en la piel de la otra persona para entender su sufrimiento. La ausencia de empatía también se manifiesta en el hecho de que no hay espectadores que puedan desaprobar esta conducta o ponerse en el lado de la víctima.

Esta deshumanización se debe en gran parte al abuso de las redes por parte del agresor, quien es incapaz de ver como algo real aquello que tiene lugar en Internet y que hace que no sea capaz de considerar como algo negativo lo que está haciendo. Otro de los aspectos que hacen aún peor al ciberbullying es su amplio efecto, ya que un insulto o una mentira en las redes sociales tienen una mayor audiencia, y lo que es peor, en Internet todo permanece mucho más tiempo y tarda en desaparecer, haciendo que su efecto sea aún peor.

Cómo prevenir el acoso cibernético con mSpy

A esto hay que añadir el hecho de que las víctimas siempre suelen ser los más vulnerables, algo que hace que les resulte más complicado hablar sobre el tema. Es por ello que los padres ven en mSpy la solución ideal para combatir el ciberbullying. 

mSpy es una aplicación espía que pueden instalar en los dispositivos de sus hijos, funcionando así como un programa de control parental. La app permite ver todas las llamadas, mensajes y conversaciones en todo tipo de redes sociales, apps de mensajería e incluso correos electrónicos y SMS. Es posible también ver las fotografías que intercambian o las llamadas y los contactos con quienes hablan. Todas estas funciones hacen que mSpy sea cada vez más utilizada por padres de todo el mundo para saber si sus hijos están sufriendo acoso online y así poder ayudarles a tiempo.