Las redes sociales han cambiado nuestra manera de ver y entender el mundo, desde su posición de herramientas con las que población se comunica. Sin embargo, de la libertad que otorgan se desprenden una serie de inconvenientes que, en el peor de los casos, desembocan en problemas serios para la salud de los usuarios.

Los especialistas llevan tiempo advirtiendo de esto, en especial, de su incidencia en el colectivo más proclive a las redes sociales, el de los jóvenes.

Un ejemplo de ello se percibe todavía con preocupación a causa del macabro juego de ‘La ballena azul’, que propone a los más jóvenes ir superando pruebas, cada cual más truculenta, hasta llegar al suicidio. Esta idea de un joven ruso ha encendido todas las alarmas en Europa y América.

El único requisito para tomar parte en ‘La ballena azul’ es una invitación personal a través de la red social más utilizada: Facebook.

“Eso no le puede ocurrir a mi hijo”

Es sólo un caso de cómo las redes sociales han impactado en la vida de las personas, en especial de algunos grupos como, en éste y otros supuestos, el de los adolescentes y jóvenes.

A pesar de que, casi cada día, los medios digitales y audiovisuales informan de lo que ocurre, la sociedad parece permanecer ajena bajo el paraguas de que “eso no me puede suceder a mí o a mi hijo”.

En El Telescopio un experto en seguridad informática ya advirtió hace tiempo del peligro. Por si las cosas no están claras, la Royal Society for Public Health y el Youth Health Movement ha hecho públicos los resultados de un estudio que incide aún más en el riesgo que encierran algunas de esas plataformas para los jóvenes que las utilizan.

Bajo el título de Status of Mind, se pone de relieve qué redes sociales son más perjudiciales para la salud mental del nicho de población de 14 a 24 años.

Lo que revela es algo sobre lo que vienen advirtiendo los expertos y que tiene que ver, en especial, con las plataformas basadas en la fotografía. Un primer dato es que quienes las usan en ese intervalo de edad reconocen estar influidos por ellas de manera alarmante, en particular en relación con su aspecto físico, lo que les genera episodios de ansiedad, entre otros.

Las 5 redes sociales más usadas

El análisis de Royal Society for Public Health se centra en las cinco redes sociales que más aceptación tienen entre los jóvenes. De ellas, Instragram y Snapchat son las que obtienen peores notas, o lo que es lo mismo, a tenor del trabajo son las menos adecuadas para su salud, a pesar de ser las que, a priori, más específicamente pensadas están para ellos. 

Esto no significa que otras dos (Facebook y Twitter) no escondan condicionantes negativos, si bien, al hilo de las respuestas de los propios jóvenes, en menor medida.

La quinta plataforma sobre la que se ha preguntado es YouTube que, en este caso, es la que mejor puntuación recibe por parte de estos usuarios.

“Más adictivos que el tabaco o el alcohol”

En palabras de Shirley Cramer, Directora Ejecutiva de RSPH, "los medios sociales han sido descritos como más adictivos que los cigarrillos y el alcohol, y ahora están tan arraigados en la vida de los jóvenes que ya no es posible ignorarlos cuando se habla de los problemas de salud mental”.

En cuanto al resultado final del trabajo, a juicio de Cramer, “es interesante” observar como dos redes sociales centradas en la imagen (Instagram y Snapchat) son las peores “para la salud mental y el bienestar” y como “ambas parece que pueden estar impulsando sentimientos de insuficiencia y ansiedad en los jóvenes”.

Las redes sociales como medios de comunicación no pueden ser demonizadas sin más. Sin embargo, estudios como éste o del que informábamos en ELPLURAL.COM hace unos días centrado en la incidencia negativa de un uso desproporcionado de Facebook en la pérdida de materia gris, deben hacernos reflexionar acerca de la utilización que hacemos de estas plataformas y de sus consecuencias.