Ya el año pasado se quedaron muy cerca de conseguir el sueño. Pero en la última edición del Dakar, el coche eléctrico de Acciona se convirtió en el primero en completar la prueba. Una proeza que marca un antes y un después al disipar las dudas sobre la autonomía de este tipo de vehículos para pruebas tan exigentes. Hemos hablado con Ariel Jatón, el responsable del desarrollo del coche y, además, quien lo ha pilotado en el Dakar. 

¿Cómo ha sido la experiencia?

Ha sido, sobre todo, inolvidable. El trabajo de tantos años, el esfuerzo que hicimos para desarrollar el coche, probarlo, corregirlo... La verdad es que deja muy buen sabor de boca. 

¿De dónde nace la idea?

La gente de Acciona quería demostrar que un coche eléctrico podía terminar el Dakar. Así que, construimos un vehículo casi a la carta. Lo desarrollamos de forma conjunta. 

Me imagino que será muy diferente desarrollar un coche eléctrico

Sí, la verdad es que tuvimos que coger los libros otra vez y estudiar bastante, porque el listón estaba muy alto. Había que hacer un coche de cero y con una tecnología nueva, porque no había ninguno de estas características. Así que hicimos pruebas y desarollos hasta que dimos con el que nos ofrecía la fiabilidad necesaria.

¿Qué ha sido lo más difícil de todo este reto?

Lo más difícil, como piloto, es contenerse para no correr. Porque nuestro objetivo no era ganar, sino terminar la carrera. Así que, cuando ves que puedes ir a 140 o 160 y tienes que ir a 90 para evitar riesgos, eso fue la lucha interna de cada día. El año pasado llegamos hasta la etapa 10, así que este año había que conseguir terminar. 

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¿Cuáles son las grades diferencias en términos de conducción?

El coche que nosotros fabricamos se conduce diferente de uno de gasolina. E incluso de los eléctricos. Por ejemplo, normalmente un coche eléctrico cuando frena tiene dos partes: una de regeneración y una de frenado. Nosotros lo que hicimos fue instalar dos pedales diferentes, de forma que a veces frenaba con uno o con otro, o incluso con los dos pies. Así podíamos elegir regenerar o frenar en función de lo que necesitásemos. Otra diferencia es que esta caja de cambios no lleva embrague, así que hay que engranar las marchas en el momento exacto para no dañar la caja. 

Y, por supuesto, para nosotros la clave era la autonomía. Teníamos que estar muy pendientes de no gastar las baterías y poder finalizar los tramos. Porque en un Dakar nunca sabes cuándo te vas a desviar de la ruta y vas a hacer a lo mejor veinte kilómetros más.

Más de uno se quedó sorprendido de cómo funcionaba el coche y de cómo funcionan los motores eléctricos

¿Os miran raro el resto de equipos?

¡Tan feo no soy! [risas]. Este año ya estaban un poco más acostumbrados. El año pasado fuimos más tranquilos porque teníamos menos datos, pero este año nos hemos lucido más y nos han visto en las pistas complicadas. Más de uno se quedó sorprendido de cómo funcionaba el coche y de cómo funcionan los motores eléctricos. Eso es una gran satisfacción. Saber que siempre te va a sobrar potencia, porque el motor es excelente.

¿Cuántas de vuestras innovaciones veremos en las calles?

Yo creo que todo. Estamos empezando a ver coches eléctricos en las calles. El potencial que tienen es inmenso. Estoy seguro de que en los próximos años habrá más coches de este estilo en competición, en el Dakar, por ejemplo. Y por las calles, esta misma tecnología estará en muy pocos años. Incluso en otras carreras, como el mundial de rallyes. Allí las etapas son más cortas y creo que harían un buen papel. O en la fórmula 1. Eso es lo bueno que tiene desarrollar en la alta competición, que luego se ven las innovaciones en la calle.

Hay que seguir trabajando en la lucha contra el cambio climático y eso no se termina todavía

¿Cuál es el gran reto que tiene por delante el coche eléctrico?

Hay dos. Uno es la autonomía, por supuesto. Pero, según se vaya incrementando el uso, estoy más que seguro de que los fabricantes de baterías al tener mayor mercado van a desarrollarlas más y tendrán un mejor rendimiento. Ya lo estamos viendo: cada año las baterías ganan un diez o un quince por ciento. Por otro lado, es un cambio en la manera de pensar de la gente. Tenemos que darnos cuenta de que podemos tener un coche eléctrico que funciona incluso mejor que uno de combustión. Ese es el cambio de pensamiento necesario en la sociedad. 

¿Qué planes tenéis para el futuro?

Mejorar más todavía el coche para que tenga más prestaciones y sea más competitivo para apretar a los de delante. Seguir demostrando que los coches eléctricos son capaces de estar entre los mejores. Sin la presión de tener que terminar, podremos demostrar que podemos estar más arriba en las clasificaciones. Hay que seguir trabajando en la lucha contra el cambio climático y eso no se termina todavía.