Una de las últimas novedades de WhatsApp que más polémica ha generado es la que tiene que ver con la compartición de datos con Facebook, la empresa matriz que la adquirió en 2014 por alrededor de 22.000 millones de dólares.

Esa novedad implicó en septiembre la obligación de actualizarse a la última versión con el ultimátum de que de no hacerlo ya no se podría utilizar.

El negocio es el negocio y Facebook vive de la publicidad y de los datos que maneja de cada uno de nosotros. Si a ellos se suman los de los más de 1.000 millones que usan la app del teléfono verde, entonces los ingresos empiezan a dar, y si no compruébalo con la herramienta diseñada por un grupo de ingenieros españoles de la informamos en ELPLURAL.COM.

Parece que se trasvase de información de una (WhatsApp) a otra (Facebook) empresa no va a ser un camino de rosas. Y esto es así porque el Gobierno británico ha puesto en duda su legalidad.

Suspensión del traspaso de datos

La compañía estadounidense no ha parado de repetir que esos datos personales están protegidos, pero parece que el Reino Unido no las tiene todas consigo y desde la Oficina del Comisionado de Información del país se ha informado de que Facebook debe suspender el traspaso de datos desde WhatsApp.

Lo ha anunciado a través de un comunicado publicado en la web de dicho organismo firmado por Elizabeth Denham, Comisaria de la OCI. En el mismo, se indica que, después de ocho semanas investigando en qué consiste y cómo se lleva a cabo ese trasvase, existía “la preocupación de que los consumidores no estaban protegidos adecuadamente”, algo que, según dice Denham, después de las pesquisas realizadas “la opinión de mi equipo no ha cambiado”.

En concreto asegura que “no creo que a los usuarios se les haya dado suficiente información sobre lo que Facebook planea hacer con su información, y no creo que WhatsApp tenga el consentimiento válido de los usuarios para compartir esa información”.

A su juicio es “importante” tener un control sobre nuestros datos personales, aunque “los servicios no nos cobren una tarifa”. Llama la atención, y de ahí la suspensión decretada, su afirmación con respecto al uso de esa información. Reconoce que “podríamos estar de acuerdo” con que una compañía se sirva de ella en cierta medida a cambio del servicio gratuito que presta; sin embargo, asegura con rotundidad que esto no puede ser así “si esa información es explotada más de lo acordado, para un propósito que no nos gusta. Entonces tenemos derecho a estar preocupados”.

Amenaza de "acciones de ejecución"

Así se lo han hecho saber a los responsables de Facebook que han aceptado “pausar” la recopilación de datos, yendo más allá al pedir a esta empresa y a su filial WhatsApp la rúbrica de un compromiso para que expliquen mejor cómo utilizan esos datos y, sobre todo, que los “usuarios tengan un control permanente” de los mismos.

Va más allá la comisaria británica al señalar con rotundidad que “si Facebook comienza a usar los datos sin el consentimiento válido” su oficina no descarta iniciar “acciones de ejecución”.

Es la punta del iceberg de este asunto, puesto que la Unión Europea también analiza esta medida del trasvase de información entre una y otra empresa.

Sería aconsejable que el Gobierno español recién constituido tome nota y se sume a la presión sobre Facebook para que aclare que uso que hace de los datos e información que le llegan a través de este traspaso. El dato no es menor puesto que, en la actualidad, en nuestro país es donde más se utiliza WhatsApp de todo el viejo continente.