El bombazo que sacudió al planeta fútbol tras el fichaje de Neymar por el París Saint Germain no dejó indiferente a nadie. El estupor y la sorpresa dio paso al asombro, pero se asumió. El crack brasileño ya golea con los franceses y la vida sigue, pero habrá un antes y un después tras materializarse una operación por una cifra de dinero mareante que quedará para la historia del balompié.

El 3 de agosto está marcado a fuego en las mentes de muchos. Los representantes legales de Neymar se presentaron en las oficinas del club catalán para depositar la cláusula de rescisión del jugador. Nada más y nada menos que 222 millones de euros. El brasileño dejó de pertenecer al FC Barcelona. El margen de maniobra económico con el que cuenta el club que preside el jeque árabe Nasser Al-Khelaifi es tan enorme como parece. El que fuera tenista profesional representando a Qatar en la Copa Davis también lleva las riendas de Qatar Investment Authority, la empresa que compró al París Saint Germain.

222 millones parecen y son mucho dinero, pero no es una cantidad que no se haya manejado antaño. Al menos eso arrojó el estudio que recientemente ha llevado a cabo la casa de apuestas Interwetten. Han utilizado un logaritmo para poner en cifras de hoy en día lo que se pagó por los Zidane, Figo o Ronaldo Nazario hace años con unos resultados sorprendentes.

El estudio realizado por estos analistas deja el fichaje de Neymar por detrás del de Zinedine Zidane por el Real Madrid en el año 2001. Así, los 73,5 millones que pagó el club blanco a la Juventus por el francés se convertirían en unos astronómicos 314 millones de euros de hoy en día. Muy por encima de lo que ha desembolsado el PSG por el futbolista brasileño.

Estos datos van más allá e incluso sitúan la cuantía del traspaso al club de París por debajo del Top 3 de esta particular clasificación. Los 60 millones de euros que pagó el Madrid por Figo al Barça en el año 2000, e incluso los 45 que depositó al Milán por Ronaldo Nazario en el 2002, superarían los mencionados 222 por Neymar. El luso costaría hoy en día 251 millones y el brasileño 225.