El Partido Popular ha recurrido la sentencia de la Audiencia Nacional sobre la primera etapa del caso Gürtel que le costó la presidencia a Mariano Rajoy. Según publica La Razón, que ha tenido acceso al documento, la formación pide al Tribunal Supremo que le absuelva de la condena como partícipe a título lucrativo o, en su defecto, que se repita el juicio, pero en esta ocasión, con un tribunal “sin apariencia de parcialidad”. Los populares entienden que se han vulnerado sus derechos al honor, a la tutela judicial sin indefensión y a la presunción de inocencia.

La formación, liderada ahora por Pablo Casado, señala directamente al juez Ricardo de Prada, magistrado de corte progresista a quien el PP censura por ser amigo de Baltasar Garzón. De hecho, cuestionan su imparcialidad desde el minuto cero. Máxime ahora, cuando la ministra de Justicia, Dolores Delgado, le ha nombrado como uno de los cuatro miembros externos de la Comisión para Restablecer la Justicia Universal.

Fue la sentencia del juicio Gürtel la que precipitó la caída del imperio de Rajoy. Hasta entonces, el ya expresidente del Gobierno parecía bañarse en aceite. Todo lo resbalaba, nada le hacía mella. Pero de la noche a la mañana, la sentencia le situó durante más de ocho horas en un bar mientras el Congreso votaba una moción de censura en su contra.

Lo llamativo no es que el Partido Popular recurra la sentencia, ya anunciaron que lo harían, sino que como argumento carguen contra el tribunal. Y es que, precisamente fue el presidente del tribunal Gürtel el que ayudó -y de qué manera- a Mariano Rajoy.

Las ayudas al ciudadano Rajoy

Ángel Hurtado, el presidente del Tribunal encargado de juzgar la pieza separada de la trama Gürtel relativa a la primera etapa (1995/2005), no quería citar a Mariano Rajoy -buena muestra de ello es el voto particular que emitió mostrando públicamente su descontento- y se opuso a que el presidente del Gobierno declarase personalmente en la Audiencia Nacional -también emitió un voto particular para pedir su declaración mediante videoconferencia-. Como “obras son amores y no buenas razones”, ha actuado en consecuencia a la posición ya mostrada en sus votos particulares. Hurtado ha torpedeado la sesión declarando “no pertinentes” varias preguntas e incluso exigiendo celeridad tanto a las acusaciones como a los abogados de las defensas a la hora de preguntar. El presidente del Tribunal parecía tener prisa por terminar con el mal rato que ha tenido que pasar el “testigo Rajoy”.

La Constitución Española reza en su artículo 14 que “los españoles son iguales ante la ley”. Sin embargo, parece que en función de según qué cargos hayas ocupado, tienes ciertos privilegios. El por entonces presidente del Gobierno gozó de varias prerrogativas. En primer lugar, por motivos de seguridad, a los manifestantes convocados por Rodea el Congreso (Coordinadora 25S) se les cortó el paso y tuvieron que cantar a Rajoy todo tipo de preciosidades desde la distancia. Francisco Correa, Luis Bárcenas, El Bigotes… ninguno de ellos tuvo ese privilegio y las lindeces las escucharon desde bien cerca.

Rajoy, además, entró por el garaje, eludiendo así a los medios de comunicación, quienes no pudieron retratar su entrada a la Audiencia Nacional. Y a toda esta suerte de privilegios hay que sumarle el lugar que ocupó en la Sala: a la derecha del Tribunal, lo que le ha permitido evitar el plano con el resto de acusados (aunque solo ha asistido uno).

Unas prerrogativas de las que no gozó, por ejemplo, la otra “testigo”. Esperanza Aguirre sí que tuvo que entrar por la puerta central de la Audiencia Nacional, pasó el control, entró a la Sala y se sentó en la silla por donde ya habían desfilado Francisco Correa, Luis Bárcenas y compañía. Para diferenciarla de los acusados bastó con colgarla del pecho una “T” de proporciones bíblicas.

Las preguntas “no pertinentes”

La pieza separada de la Gürtel que se estaba investigando era la relativa a la primera etapa (1995/2005). Se indagaba, pues, las presuntas donaciones en negro al Partido Popular por parte de empresarios a cambio de adjudicaciones públicas en los ayuntamientos de Arganda y Majadahonda. La trama gürteliana es tan amplia que se divide en 12 pizas separadas, y a esto se agarró el presidente del Tribunal Gürtel, alias voto particular, para limitar las preguntas de la acusación popular (ADADE), así como del resto de acusaciones y defensas.

Hurtado dejó a Mariano Rajoy explicar los sobresueldos de los Papeles de Bárcenas -de hecho, Rajoy los admitió a pesar de que los llamó “complementos” salariales- hasta que se le preguntó al ya expresidente del Gobierno la razón por la que aparece su nombre en los documentos del extesorero. “La pregunta no es pertinente”, sentenció Hurtado, apoyándose en que los Papeles de Bárcenas se investigan en otra pieza separada.

En la misma tónica, el presidente del Tribunal cercenó cualquier otra cuestión relativa a los documentos del extesorero. La acusación popular quiso dejar constancia de sus protestas y pidió un careo Rajoy-Bárcenas. Pero, tal y como era de esperar, Hurtado salió al paso rápidamente: “Eso no es pertinente, no ya porque cada uno diga lo que le parezca, sino porque eso sí que es entrar de lleno en los Papeles de Bárcenas”.