Hans Henri P. Kluge, el encargado para Europa de la Organización Mundial de la Salud (OMS), aunque los contagios han bajado drásticamente y las muertes a su par, al igual que en España, los rebrotes están a la orden del día, y todo el continete ya presenta un 10% de casos nuevos. Avisa de que las nuevas libertades para viajar no tienen por qué ser un problema, y que todos los gobiernos deben mantener sus medidas preventivas tal y como las tengan en estos momentos, si los resultados son buenos.

El experto hace hincapié en la protección personal y la social: "Debemos recordar y repetir las reglas de oro de distanciamiento físico, practicar higiene de manos, cubrirse la tos, quedarse en casa cuando está enfermo, usar mascarillas cuando sea apropiado y obtener información de fuentes fiables". El foco principal de la pandemia a nivel mundial sigue encontrándose en el continente americano, pero no por ello significa que haya desaparecido por completo de los países por donde ya ha dejado su huella.

Con la entrada del verano, aumentan los viajes y la socialización por la vuelta a los lugares de trabajo, y todo ello viene acompañado de que las relaciones de siempre vuelvan a encontrarse y a disfrutar, lo que puede hacer crecer peligrosamente los contagios, como ya se está viendo en España: las fiestas descontroladas y el uso irregular de las mascarillas no dejan lugar a dudas.

La máxima preocupación de los gobiernos a veces se deposita más en lo económico que en lo sanitario, por lo que Kluge subraya la importancia de que estos dos ámbitos caminen de la mano: "La salud no se va en contra de la economía: no salud significa no economía".