El Gobierno de Isabel Díaz Ayuso ha asegurado en todas las comparecencias ante la prensa de la falta de controles antiCovid en el Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, pero en todo momento la zona aeroportuaria ha estado reforzada con múltiples medidas para controlar los accesos de los pasajeros.

En Barajas, aunque el vicepresidente de la Comunidad de Madrid ha asegurado que “ha sido y es un coladero”, se apostó desde el primer momento de la pandemia en la colocación de dispensadores de gel hidroalcohólico, aunque no ha sido la única medida. Las tomas de temperatura son continuas y aunque el Ejecutivo regional solicita al Gobierno de España la realización de PCRs no existe una capacidad de diagnóstico rápido que sea capaz de realizar tales pruebas.

El Gobierno regional citó a los medios de comunicación en la estación de Avenida de América para informar de la colocación de geles hidroalcohólicos en el Metro de Madrid. En total han informado de más de 200 nuevos dispensadores, aunque, de momento, solo se han colocado dos en toda la red de Metro.

Tal herramienta de desinfección lleva implantado en todos los aeropuertos españoles desde el inicio de la pandemia del coronavirus. El aeropuerto de Barajas cuenta con 47 dispensadores de gel hidroalcohólico, aunque quedan por instalar 91 unidades. El consejero de Transportes, Ángel Garrido, ha prometido colocar en el Metro de Madrid más de 200 dispensadores, algo más de 62 distribuidores de gel a pesar de que Barajas registre en un mes menos viajeros que el metro en un día.

1.356.383 de viajeros pasaron por Barajas el pasado mes de agosto, una cifra inferior a la media de usuarios diarios del Metro de Madrid, con 1,8 millones de pasajeros diarios. Con estos datos, el aeropuerto de Barajas ofrece un dispensador de gel hidroalcohólico por cada 10.000 pasajeros, mientras que el Metro, cuando instale los 198 distribuidores de gel que faltan, ofrecerá un dispensador por cada 270.000 pasajeros. 

El Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas tiene unos controles primarios con los que se hace muy difícil que los pasajeros no respeten el distanciamiento de seguridad necesario. Entre las principales medidas, dadas a conocer por el ministro de Transportes, José Luis Ábalos, y el ministro de Sanidad, Salvador Illa, el pasado 20 de junio, destaca el aumento de personal, un control de temperatura y un control visual, y una limitación del aforo de los viajeros permitiendo el único acceso a los pasajeros.

Como ha sido costumbre siempre, los pasajeros que llegaban a Barajas o se marchaban de la ciudad solían estar acompañados por sus familiares. Con la pandemia, la crisis del coronavirus ha obligado a que el acceso sea de forma única para todos los viajeros que tengan billete de avión, salvo excepciones de asistencia obligatoria. De esta manera, se evita la congregación de personas que no van a viajar y así apostar por un espacio mayor para las salidas y llegadas de aviones.

Con estas medidas, Barajas ha mostrado el gran espacio del que dispone. Algunos viajeros tildan la zona del aeropuerto como “desierto” o “erial”, dado que con la limitación del aforo y la bajada de usuarios de avión se ha mejorado la apuesta por la distancia de seguridad y el correcto cumplimiento de las medidas.

Una distancia de seguridad mucho mayor a la que Metro de Madrid permite a los usuarios de toda la red. Las continuas quejas de los viajeros y los vídeos de vagones atestados de gente en las horas punta sirve para cuestionar si hay una falta de seguridad en los trenes de metro. Desde el Ejecutivo regional aseguran que el uso obligatorio de las mascarillas es una herramienta suficientemente segura para evitar contagios en el transporte público madrileño.