Una turista española ha muerto en la fuerte explosión de gas que se ha producido este sábado en una panadería ubicada en el centro de París. Laura Sanz tenía 36 años y tres hijos, de entre 10, 5 y 3  años. Había ido a pasar un fin de semana romántico a la capital francesa y se alojaba en un hotel frente al establecimiento en el que se produjo el siniestro. Era deun pueblo toledano, Burguillos, y trabajaba como cajera de un supermercado en Toledo, en el barrio de Santa Bárbara. Su tierra está consternada, al igual que la alcaldesa de la ciudad, que ha trasladado su total apoyo a la familia. 

A su muerte se suman otras tres, la de dos bomberos y la de una mujer que ha sido hallada este domingo entre los escombros. 

En el siniestro, cerca de 50 personas, además, han resultado heridas, entre ellas otros dos ciudadanos españoles, un hombre y una mujer, aunque su estado no reviste gravedad.  Diez de los heridos, no obstante, están en estado muy grave.