Se debe al envejecimiento de la población. El Gobierno chino, que hasta el año pasado, y durante casi cuatro décadas, ha promovido la política de hijo único, por la que multaba a los progenitores que tenían dos o más vástagos (con ciertas excepciones) para poner coto a la superpoblación, está estudiando dar incentivos financieros a las parejas que tengan un segundo descendiente, para estimular la natalidad, de acuerdo con la información publicada por el diario estatal China Daily. Las autoridades chinas están considerando adoptar medidas de apoyo, como recompensas y subsidios, a los nuevos nacimientos. En 2016, primer año en que se permitía a todas las parejas tener dos hijos, se registraron en China 17,8 millones de nacimientos, un incremento de 1,3 millones con respecto al año anterior, lo que supone el mayor aumento anual en dos décadas.

Reticiencias y excesos

Con todo, según explica el diario, una encuesta realizada por la Comisión Nacional de Salud y Planificación Familiar demostró que el 60% de las parejas chinas se muestran reacias a tener un segundo hijo dadas sus limitaciones económicas. A las autoridades chinas se las ha acusado de cometer excesos durante décadas por las autoridades encargadas de hacer cumplir la legislación del hijo único, algo que se tradujo en miles de abortos y esterilizaciones forzosas o la imposición de cuantiosas multas entre aquellos que no cumplían la ley.