Los escoltas y personal de seguridad de la Casa Real han roto su habitual silencio para denunciar su precaria situación con la crisis del coronavirus. No se trata del personal que atiende la seguridad de los reyes Felipe VI y doña Letizia, sino de quienes están encargados de las infantas Cristina y Elena, las hermanas del monarca. A la falta de medios para protegerse del virus, denuncian que el confinamiento de las hijas de Juan Carlos I les ha convertido en una especie de servicio doméstico que hace labores como ir a comprar pizzas a restaurantes o a recoger zapatos a Zarzuela.

En una información de Vanitatis, estos escoltas denuncian que “hemos vivido muchos momentos con esta familia, incluso en las situaciones más difíciles, pero ahora hablamos de nuestra salud, de nuestras vidas".  “Los escoltas hacemos lo mismo, las mismas horas y en los mismos lugares, sin prevención ninguna", denuncian, sin apenas material de protección, que no ha llegado hasta este martes. “Pedimos a los superiores que nos protegieran y lo único que hemos conseguido, muy poco a poco, es algunas cajas de guantes, gel y mascarillas”, señalan.

La infanta, de cacería

En el caso de la infanta Elena, aseguran que ha sido su padre, Juan Carlos I, quien le ha tenido que pedir que se quedara en casa. “Ha estado saliendo hasta el último momento, incluso se fue de cacería, y ahora son los escoltas quienes hacen esas gestiones personales", comentan al citado medio.

La infanta Elena tiene a su servicio un total de 20 escoltas, de los que entre cuatro y seis están encargados de tareas estáticas, en “puntos de espera”, el término para quienes están en la puerta del domicilio las 24 horas del día. Los demás se consideran escolta activa, que la siguen en coche y por la calle, pero con la situación actual, se encuentran confinados en una habitación de 10 metros cuadrados, con un sofá y una tele, a la espera de sus órdenes.

“No han aportado soluciones, no se han formado grupos estancos para que al menos no estén todos allí, mezclados”, denuncian los agentes, que proponen que “se podrían además reducir servicios, no hace falta tener a toda la escolta trabajando, o incluso anularlos unos días”. Y señalan que, con la situación actual, sus labores se han reducido a pasear al perro, ir a comprar, y hasta “han tenido que ir a Zarzuela a buscar unos zapatos”.

Por el contrario, ponen el ejemplo que está dando la infanta Margarita, hermana de Juan Carlos I, que tiene seis escoltas asignados pero ha hecho un ‘prescinde’, que es como se conoce al permiso que ha dado a sus agentes para que no trabajen. “Cada mañana la llaman para ver si necesitan algo y ya está, como mucho han ido un día a la compra". Lo mismo ocurre con Irene, la hermana de la reina Sofía, que vive en Zarzuela pero ha prescindido de su escolta en estos duros días.