Una de las bibliotecas más antiguas y emblemáticas de Lisboa se ha propuesto aprovechar el tirón de los miles de personas que se lanzan a la calle a cazar Pokémons y que éstos encuentren libros en los rincones más inesperados. Una iniciativa cultural que intenta promover los hábitos de lectura en un país que como todos, sufre el acoso de nuevas formas de entretenimiento digital. Portugal es un país que ama y respeta los libros como pocos, aún así, los responsables de la Biblioteca São Lázaro son conscientes de la necesidad de atraer a nuevos lectores de todas las edades. Con esta divertida iniciativa de Bookcrossing, van a repartir hasta el próximo 15 de septiembre un total de 2.500 libros por toda la ciudad.  

Soltar libros para ser cazados como Pokémons

Voluntarios y trabajadores de la biblioteca esconderán, o dejarán a la vista en bancos, kioskos, jardines y lugares insospechados ejemplares procedentes de sus fondos descatalogados. Libros en perfecto estado de todo tipo de temática escritos por autores de todas las épocas. Desde clásicos a beste sellers. Tomos que no pueden mantener en sus estanterías y que han encontrado su utilidad en ser usados como objetivo de esta peculiar cacería. Cada libro incluye un mensaje que dice “Llévame contigo” y los datos de la biblioteca, con la intención de que además de cazarlo, sirva de incentivo para visitarla y comenzar o recuperar el hábito de la lectura.   Más iniciativas aprovechando el tirón de Pokémon Go. No faltan las voces críticas con el fenómeno que ha hecho a medio mundo levantarse del sofá y recorrer las calles durante kilómetros demostrando que los videojuegos pueden promover la actividad física si se lo proponen. Algunos gobiernos o sus responsables de defensa, como en Francia, llegan incluso a considerar este juego viral como una amenaza para la seguridad por las posibilidades de utilizar el Big Data generado con la geolocalización para fines oscuros. Sin embargo, otras iniciativas han utilizado también el boom mediático para concienciar sobre realidades sociales acuciantes como la crisis de los refugiados, como hizo la campaña #PokemonInSyria.