Lola tiene 86 años y vive sola en la ciudad gallega que la vio nacer, Vigo. A pesar del peso que supone el paso inexorable de los años, se defiende, aunque cada vez le tiene más 'miedo' al teléfono. "Ya no sabe uno qué se va a encontrar cuando descuelga", confiesa. 

No es la primera vez que recibe llamadas extrañas. La última, la de un hombre que decía ser técnico informático y que le comunicaba que tenía un problema en su ordenador. En realidad, hace años que no tiene ordenador. Lo tuvo un tiempo; se lo instalaron sus hijos, pero la falta de uso hizo que terminase por desaparecer. 

En un primer momento, Lola, confusa, le pidió que repitiera qué es lo que quería, ante lo que la voz que estaba al otro lado del teléfono fijo, respondió de nuevo que había un problema con "su computadora". "Tenía un acento extraño", recuerda, "como si fuera inglés". 

Sin dar más explicaciones, decidió cortar la llamada diciendo que ella no entendía nada de ordenadores y que de todo eso se encargaban sus hijos. 

Fue el mejor de los aciertos, ya que este parece ser el modus operandi de otro de los timos que se están llevando a cabo en el país. La primera vez que se interpuso una denuncia al respecto fue en Aragón, y, las pesquisas policiales llevaron hasta Alicante, donde dos personas de 47 y 48 años han sido detenidas acusadas de un delito de estafa. Se hacían pasar por técnicos informáticos. Decían a las víctimas que sus dispositivos estaban hackeados y que era necesario instalar una serie de programas de control remoto para solucionar el problema. Así, conseguían el acceso telemático a sus cuentas bancarias.  Resuelto el fallo, pedían solo una pequeña cantidad de dinero en concepto de reparación, pero ya se habían hecho con el control de su dinero.

La Policía Nacional mantiene abierta una investigación para localizar a más personas que puedan estar implicadas en este entramado delictivo y a otras víctimas.