El respeto al rival y la humildad están entre los dos valores que más se fomentan hoy en día en cualquier deporte. Prácticamente no se pone en duda que ningún equipo, sea cual sea la categoría, rechace estos dos ideales sobre los que se sustenta el deporte nacional. Todo se reduce a relativizar la derrota y no sacar mucho pecho con la victoria.

Las escuelas deportivas no solo enseñan dentro del campo. También son pequeñas cátedras que focalizan todos sus esfuerzos en enderezar a los más pequeños para que, al igual que en el deporte, expongan unos valores que se consideran primordiales en la vida.

“Nosotros educamos valores como el respeto al equipo contrario y esa actitud no podemos admitirla”, explica la directiva del CD Serranos, que decidió prescindir de su entrenador de alevines antes de lo previsto -su salida ya estaba pactada para final de temporada- después de que sus alevines endosaran un 25-0 al Benicalap C.

 Un duro resultado

Cada fin de semana se disputan cientos de partidos en todos los campos de España. Sin embargo, llamó la atención lo ocurrido en el encuentro entre el CD Serranos y el Benicalap C, ambos de la Comunidad Valenciana.

El Benicalap C, colista del grupo IV de la categoría, llegaba a la última jornada con cero puntos y 247 goles en contra. Enfrente estaba el CD Serranos, que jugaba como local y se frotaba las manos ante cómo se pudiera desarrollar el encuentro.

Al descanso, el marcador reflejaba un 15-0 a favor de los locales antes del descanso, y más tarde se amplió la renta a un contundente 25-0. Tras el partido, la directiva del CD Serranos tomó cartas en el asunto y decidieron acelerar la salida de su entrenador de alevines tras los acontecimientos.

“Priorizamos unos valores por delante del marcador. Intentamos transmitir empatía y respeto a los rivales. Por eso habría que haber tenido más respeto por el rival y haber controlado un poquito más ese resultado”, explica Pablo Alcaide, uno de los coordinadores del CD Serranos, en una entrevista recogida por el diario MARCA.

“Hay que tener sentido común. Estás hundiendo a unos chavales de quinto de primaria”, continuó.

La victoria, en un segundo plano

¿Hasta qué punto hay que darle tanta importancia a la victoria? Evidentemente, la competitividad y las ganas de ganar no se pueden perder. Ni siquiera en niños de 10 y 11 años.

Esto tampoco justifica que haya que crear una obsesión enfermiza por querer ganar al rival a toda costa, pero gran parte del éxito y el trabajo de un equipo acaba dando sus frutos en forma de victorias. En este sentido, ¿conviene más ganar a toda costa o perder manteniendo unos ideales convenientes?

El tema puede chirriar en ciertos aspectos, pero no se puede negar que ningún niño de la espalda a querer ganar una liga local o una maratón con su equipo. Desde algunas escuelas no solo se quiere mantener ese hambre por progresar e ir a más, sino que se pretende que se consiga a través del respeto y la tolerancia.

Por ejemplo, una de las medidas del Plan de Lucha contra la Violencia en el Deporte, presentando al Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid, recogía que los alumnos de Secundaria pudieran elegir a partir de septiembre una nueva asignatura optativa donde se instruyan ambos conceptos.

Además, no solo se busca que sean los niños los que aprendan, sino que también se busca formar a los padres entregándoles a final de temporada un trofeo a la mejor afición.