España afronta la primera semana de agosto, mes de vacaciones por excelencia, con todas sus comunidades autónomas en riesgo alto. Únicamente Melilla parece librarse del avance imparable de infecciones que está dejando la quinta ola de la pandemia. 

Desde que decayó el estado de alarma y terminaron los cierres perimetrales las cifras de contagio no han dejado de crecer. Viajes de fin de fin de curso, fiestas, aglomeraciones y botellones han multiplicado de forma exponencial la infección entre la población más joven. 

Aunque los datos han comenzado a mejorar en algunas regiones como Cataluña, todo apunta a que las próximas semanas serán complicadas. Baleares es, a día de hoy, la que presenta una situación más preocupante. 

Julio, un mes negro en contagios 

Julio ha sido un mes negro en lo que ha cifra de contagios se refiere, 670.000. El número es cinco veces mayor al registrado en junio. Las hospitalizaciones, sin embargo, han tardado en reflejar este empeoramiento pandémico. No obstante, los datos están comenzando a cambiar. La cifra de pacientes hospitalizados se ha multiplicado por cuatro y la de ingresos en UCI por tres. 

En lo que se refiere a fallecidos, aunque estamos muy lejos de registros anteriores, hay que lamentar 600 víctimas en los últimos 31 días. 

15 millones de vacunas 

Detrás de este descenso de la tasa de mortalidad está, sin lugar a dudas, la vacunación. Hasta el momento, se han inoculado en nuestro país 15 millones de vacunas y las previsiones en este sentido son buenas. 

Según ha precisado el presidente del Gobierno esta misma semana, el Ministerio de Sanidad ha cerrado la compra de otros 3,4 millones de dosis contra de Pfizer, lo que permitirá dar un acelerón al proceso de inmunización de la población. 

"El proceso de vacunación de España está siendo la vanguardia de todo el planeta", ha defendido Pedro Sánchez, que ha asegurado que esperan "anticipar el objetivo que fijamos de que el 70% de la población estaría vacunada con la pauta completa antes del final del verano".